Era noche cerrada, apenas se iluminaba unos metros a su alrrededor con el farol que portaba en su derecha, mientras que su izquierda se aferraba a las riendas del caballo mientras avanzaba a paso lento. Su cuerpo cubierto por la liviana tela marrón de sus vestiduras caía a ambos lados de su cabeza dejando su rostro al descubierto para ver mejor, pero nada... solo verde, verde y más verde... ah si, algo de cielo negro tmabién!
- Maldita sea... No puede ser que Alquimista me haya dado mal las indicaciones... Seguro espera que me pierda en medio de esta maldita pradera y muera de hambre, maldito falso, de falsa sonrisa. Hermitaño bueno para nada... -
Mientras mascullaba apretaba más y mas las riendas hasta que el caballo se detuvo. Frustrado azuzó al animal al galope hasta que en el horizonte se alzaba una sombra alta, algunos caballos pastaban cerca, seguro salvajes puesto que se asustaron a la llegada de el. Alzó su farol y el color anaranjado de la luz del fuego iluminó la parte lisa de aquel pilar cubierto por musgo. Sonrió.