#1: Dudas

Invitado

A penas se oían sus pasos sordos. Avanzaba lentamente por el centro de la cancha, atenta a su alrededor, observándolo intranquila mientras, en un acto ya involuntario, sujetaba con fuerza su amuleto de la suerte. Tenía un claro propósito: conseguir algún objeto con el que defenderse. Si algo había aprendido durante aquellas horas de juego, perdidas según sus cercanos, era que no se podía pasear indefensa por un mundo extraño. Nunca hubiera pensado que ahora estas ideas, antes disparatadas, la ayudarían a sentirse más calmada en una situación tan o más confusa que un sueño. Una realidad fuera de lugar que Amarie aún no lograba entender, otra dimensión.

La desconfianza entre compañeros aún estaba presente. Durante días, la gran mayoría de ellos habían mostrado una conducta más animal que racional, dejando paso a una locura colectiva que tardaría en borrarse, si lo hacía. ¿Qué podía hacer ella sola? Pensaba, recordando cuan frágil podía llegar a ser. En esos momentos dudaba de sus capacidades, tanto físicas como mentales, para encontrar una solución a un problema que sobrepasaba los límites, ahora completamente desmoronados. ¿Qué no es real? Una cuestión, una preocupación existencial, que no paraba de repetirse en su joven y desordenada mente.

Llegando a la sala de material, intentó abrir la puerta sin saber si esta estaría bloqueada.

Tema: Re: #1: Dudas Mar Oct 27, 2009 8:33 pm

Una ronca carcajada salió de los labios del muchacho, que había aparecido por hechos desconocidos como un fantasma, pues sus pasos jamás se escucharon ni tampoco se abrieron puertas. El muchacho quedó encima del gabinete observando hacia abajo a la damita, aunque una capucha le cubría por completo el rostro, hundido en sombras. El ser traía puesto jeans rasgados y bastante gastados, de un celeste muy débil. La camisa blanca de manga larga traía un chaleco encima no obstante, dos guantaletas de cuero negro le quitaban la seriedad a su atuendo. Para sorpresa de la muchacha, en la diestra del ser misterioso habia un maltratado celular celeste, con un colgante de conejitos, nubes y ositos.

- .. Tienes miedo?

Invitado

La inesperada aparición de aquel chico sobresaltó a la joven, que se volteó casi al instante, tras escucharle. Buscó con la mirada el foco de aquella voz, dando con éste a los pocos segundos. ¿Cómo demonios...? Juraría haber cerrado la puerta. Su corazón palpitaba fuerte; Amarie, nerviosa, observaba fijamente aquel individuo que escondía su rostro bajo la oscuridad que le proporcionaba la capucha. No podía reconocerle. Tragó saliva e, indecisa, se dirigió al muchacho, con voz no demasiado clara y expresión seria. Mas no tenía la intención de reconocer su temor.

- ¿E-eres... alumno? - Se mantenía con la espalda apoyada en la puerta y con una mano acariciando aún la manilla de ésta. Aquel sujeto parecía sospechoso, la inquietaba.

Tema: Re: #1: Dudas Mar Oct 27, 2009 11:45 pm

Se notó cómo ladeó la cabeza hacia su hombro, balanceando los pies como un infante, aunque era bastante alto para tener quizás, más de la mayoría de edad. El hombre saltó del gabinete para mirar a la dama.

- ¿No me reconoces, Amerie? Creí que mis clases te habían llevado hasta donde estás.

Con un agitar de su cabeza, se retiró la capucha para mostrarle ese cabello celeste y ojos nobles que siempre había llevado, él era el maestro de canto encargado para la especialida de la muchacha, aunque ahora su naturaleza era muy distinta, pues podía sentirse un aura perturbada.

Invitado

- Ah... - La muchacha tornó a sorprenderse. No esperaba volver a verle, o al menos, en esa circunstancia. Ahora que por fin había encontrado a un profesor, éste no iba a quedar impune. Sus faltas, al igual que las de todo tutor de la academia, eran claras: ¿Cómo habían osado abandonar a los estudiantes de aquella forma?

Dió unos pasos hacia él, lentos. Momentos después, demostró su indignación. - ¿¡Cómo se les ocurre dejarnos en estas condiciones!? - Su voz sonó seca, su semblante mostraba el enfado que sentía. Cierto era que había cojido gran estima a ese profesor. Al igual que todos sus demás alumnos, ella también le debía total agradecimiento, como él afirmaba, habían logrado esos resultados no por nada... Aquel profesor era la fuente de todos sus avances. Por eso, al depositar toda su confianza en él, le era difícil creer, aún a estas alturas, que había cometido tal acto. - ¿¡Por qué!? -

Sus puños cerrados se mantenían firmes, cada uno a un costado de su cuerpo; su ceño fruncido y su mirada clavada en los, hasta ahora honestos, orbes del mayor; buscando respuestas. Muchas más preguntas asomaban por su mente, pero no lograba encontrar la forma de expresarlas. Su aparición aún era misteriosa.

//disculpa lo de niño pues, creía que era más pequeño XD

Tema: Re: #1: Dudas Miér Oct 28, 2009 12:30 am

Cada palabra ayudaba a la transformación del rostro del varón, adquiriendo un tono severo que jamás había usado con los estudiantes, una mueca de repudio y de odio le nubló el rostro súbitamente, incluso los puños se cerraron y si no hubiera usado las guantaletas, sus palmas habrían sido lastimadas por sus uñas, casi estaba a punto de gruñir y soltar un grito, si ella tan sólo supiera que él también había conseguido consecuencias fatales.. Estaba seguro de que no volvería a ser humano, ni siquiera algo parecido a eso.

- ¡Contrólate, Amarie! Esto se encuentra mucho más lejos de mis manos de lo que piensas.

No pudo controlarse más y se dió la vuelta intentando dar golpes en el aire para desquitarse contra algo, lamentablemente no llegaron a nada sus intentos. Se quedó quieto, dándole la espalda.

- Contacté a una dama .. Una dama de este sitio, vendrá a traerles comida.

Invitado

Tras el primero de sus gritos, la joven estudiante enmudeció. ¿Significaba eso que tampoco ellos sabían que ocurría? Y si, por el contrario, sí eran conscientes, ¿Hasta que punto esto era obra suya?

Sus nervios, a flor de piel, continuaban reflejándose en el continuo latir de su corazón, mientras su mandíbula se unía con fuerza, resultado de la tensión. Amarie no estaba acostumbrada a ese estado. Poco sosegada, intentaba dominar sus ganas de estallar. Todo aquello la aturdía en extremo, hacíendo surgir, quizá, su peor faceta. Si a eso se le sumaba la soledad que, incluso ahora, seguía sintiendo, el resultado era pésimo: una niña perdida, una flor en la nieve... Que pronto se marchitaría de no encontrar un milagro.

Amarie se mostraba más frágil que nunca, aún queriéndolo esconder. En un intento de mantenerse en pie, empezaba a derrumbarse, al igual que la realidad que hasta ahora había vivido. Las siguientes palabras de aquel hombre hicieron que la francesa levantara la cabeza. ¿Comida? La necesitaba... Pero seguía siendo prioritaria cualquier otra información acerca de la situación actual.

- Y... ¿Qué ocurre... con todo esto? - Con tono más calmado, preocupada.

Invitado

-¡Ya era hora!-Exclamo una voz no demasiado lejana, procedente de la puerta de la sala, donde, estaba apoyado Len, el experto en el uso de el violín, y mas aun de su afilada lengua. Una afilada sonrisa caprichosa, medio divertida asomaba por su rostro que estaba medio curvado hacia el suelo. Vestía unas sencillas ropas negras, acompañadas de unos vaqueros, nada de el otro mundo, dentro de lo que cabe. El chico tomo cierto impulso soltándose de la pared, para acercarse con las manos en los bolsillos a las dos personas.

-Si hubierais tardado un poco mas, seguro que mas de un alumno habría echo canibalismo...-Bromeo, a su manera, el chico. A continuación se cruzo de brazos, y sin que nadie le invitara, entro en la conversación, argumentando sus puntos de vista.

-Yo creo que los profesores montaron todo esto. Por eso al ver que la cosa se descontrolaba, salieron huyendo...Me alegra ver que al menos, no todo lo hicieron-Añadió, curvando mas su sonrisa si cabe. Len era un chico bastante...Especial, es por eso que sus relaciones en la academia eran mas bien nulas.

Tema: Re: #1: Dudas Miér Oct 28, 2009 1:23 am

Levantó una ceja cuando una voz increíblemente familiar entró en el recinto .. Le detestó en todos los días de la academia por la actitud de este, no obstante sabía reconocer que tenía un talento exquisito, a escondidas se había sentado fuera de las aulas de práctica para escuchar su maestría. Sus ojos se posaron en él, sin saber si mostrar enojo por su repentino acto o alivio por su bienestar.

- Cuidado con lo que dices, Len.

Volvió la vista a la señorita, intentando calmarla con un suspiro.

- Estamos a salvo .. Si salimos por el camino adecuado. Hay una ciudad a los kilómetros.. Es Londres hace 200 años.

Invitado

Su mirada se dirigió hacia la entrada, comprobando que aquel nuevo individuo era un joven de seguramente su misma edad. Mas su atención permaneció fija en el adulto que parecía estarles brindando una solución, o al menos una ayuda. Llevando su vista al profesor, insistió en conseguir más datos sobre lo ocurrido.

- ¿Cómo es posible eso? - Murmuró, turbada. Era un hecho incomprensible, al menos hasta entonces. Desde pequeña creció a sabiendas de que los cuentos de hadas y la magia eran meras ilusiones creadas por la imaginación humana, sólo sueños... Pero ahora esa idea no la convencía. ¿Y si ese pensamiento era fruto de la ignorancia? Quería saber más. Si algo buscaba con ahinco, era la verdad. Odiaba ser engañada... Y tal vez lo había sido durante muchos años... No sólo ella, puede que gran parte de la humanidad. De todas formas, no era momento para filosofar... ¿Qué debían hacer ahora?

Invitado

Su misma ceja se enarco, haciendo una mueca de reproche ante la riña de el profesor, que al menos aun era su superior.

-¡Mh!...-Reprocho. A continuación su interés creció ante la posibilidad de volver al pasado, o mejor dicho, supuestamente, retroceder doscientos años en el. ¿Como demonios se volvía al pasado? ¿Con una maquina de el tiempo, como en las películas? ¿Con un hechizo, tal vez?. Demasiadas preguntas sin respuesta...De momento.

-¿Y cual es ese "camino correcto"?-Pregunto, esta vez mas interesado en el tema. La idea de quedarse encerrado durante mas tiempo en esa academia le producía claustrofobia. No era u chico que amara la compaña precisamente, pero tampoco iba mal tomar un poco el aire, en el exterior...Tenia que admitir que había ganas. No es como si el fuera a ayudar...Solo haría lo posible para salir de ese sitio lo antes posible; no le importaba si volvería hace doscientos años, o después. Sin contar los días sin comidas decentes...Aunque no lo admitirá, la hambre empezaba a poseerle. Jamas lo admitiría, pero eso estaba haciendo que el peliazul empezara a sentirse ciertamente debilitado.

¿Cuanto tiempo llevarían ahí? Tal vez, mas tarde estaría bien hacerle un mini-interrogatorio a la chica, era muy posible que supiera cosas interesantes...

Tema: Re: #1: Dudas Miér Oct 28, 2009 5:54 pm

Sonrió a medio labio, la actitud de ambos alumnos de manera contrastante le parecía divertida, aunque no era momento de encontrarse con esa clase de humor. A lo lejos, pudo escuchar el breve sonido de un caballo, la ayuda había llegado en el momento indicado y con un camino a salvo, el que sería para ellos.

- Salgan al jardín, ahí se encuentra la ayuda.. Y el camino será entregado por ella .. Amelia.

Se dió media vuelta, a lo que su silueta comenzó a desaparecer lentamente hasta evaporarse.

[ Salgo del tema, pueden entrar al del jardín con Amelia. ]

Invitado

Len pestañeo al ver la vistosa salida de escena de su hasta ahora maestro. Pero poco duro su impresión, enseguida se puso las manos en los bolsillos, mientras se dirigía a la puerta. Antes de salir de el todo, asomo la cabeza por la puerta.

-...Nos vemos afuera...-Musito dibujando una divertida sonrisa, para después volver a meter la cabeza fuera de la habitación.

Después de eso, imaginaba que se dirigiría a el jardín, a ver a esta tal "Amelia". Como era le importaba bien poco, pero si le hacia surgir curiosidad como haría para llevarles..."Por el camino correcto".

-Salgo de escena-

Invitado

La joven de cabellos claros observó a ambos varones durante el resto de la conversación. Al finalizar ésta, el profesor desapareció por arte de magia, dejando a la muchacha patidifusa y con los ojos abiertos de par en par. Amarie intentó dejar de hacerse las mismas preguntas una y otra vez; estaba claro que las respuestas no las descubriría de aquella forma y como había dicho el mayor, era momento de encontrar el camino.

Acto seguido su vista se fijó en aquel chico que ahora se disponía a abandonar el gimnasio, tal como había aconsejado su maestro. La sonrisa previa a su marcha la dejó algo perpleja, a la vez que la calmó ligeramente. ¿Era capaz de sonreir en ese momento? En respuesta a ella, la francesa le devolvió el gesto, sin llegar a mostrar la misma alegría que él aparentaba.

De nuevo sola. Insistió en conseguir su objetivo, aunque aquella puerta no se abría. Oteó su alrededor, dando tras unos segundos con un bate que podía llegar a ser útil.

- Es mejor que nada. - Murmuró, sin perder la débil sonrisa que momentos antes había esbozado. Alcanzó su nuevo "instrumento" y emprendió su ida, lentamente, absorta.

Invitado

[Fin de tema]