¿Dónde demonios estamos?

Fue la primer estudiante en salir a los jardines y por ende al exterior para ver donde se encontraban, la salida del sol luego de tanto tiempo entre oscuridad había picado su curiosidad además de estar desesperada por aire fresco y deseosa de salir del clima tenso dentro de la Academia puesto que ella estuvo metida en varias peleas entre clases siendo ella la que impulsó la mayoría de ella por robarse cosas de valor.

Cuando salió a los verdes jardínes el sol la ensegueció por escasos segundos, se vio obligada a cerrar los ojos y a apartar la cara, los abrió y esperó a que las pupilas se adaptaran a la luz. Apenas eso sucedió se percató de algo sumamente estraño:

-Hay más... Árboles...

Aquello le parecía algo demasiado anormal puesto que en el siglo XXI la naturaleza que tanto amaba estaba siendo acabada. Luego por allí otra cosa llamó su atención y en esceso; era un hombre que paseaba pr allí y que no está vestido de la misma forma que ella o el resto de los estudiantes, no supo si hablar o no pero impulsada por la curiosidad le gritó:

-¡HEY!

El hombre apenas verla se quedó pasmado, más por cómo vestía, los pantalones y botas de cuero negro, además de la camiseta mangas cortas del mismo color que parecía rasgada, también por los negros tatuajes en el cuello.

Fue entonces cuando él huyó con un grito de horror.

La chica quedó atónita e incluso parpadeó, miles de preguntas surgieron en su cabeza en ese momento, además de imágenes, varias y de manera rápida tal cual estrellas fugases.

Llegó a la conclusión de que algo no andaba bien, solo alzó la voz esperando que sus dos "camaradas" en aquella Academia le oyeran:

-¡Anthony! ¡Vinushka!

Antes del llamado de su amiga, se encontraba a unos cuantros metros de Vinushka, la pequeña damita bailarina cuyos ensayos jamás se perdía .. Bueno, sólo cuando tenía uno propio. Desde que entró a la academia comenzó a llamarle la atención aquella pequeña chica, más que nada por la forma en que desempeñaba su especialidad. Entre su desesperación, el no saber si sobreviviría o moriría, había decidido declararse a ella, como un tonto muchacho pre-adolescente. Justo cuando iba a tocar su hombro para pedir un poco de su tiempo, un grito arruinó su escena perfecta..

"¡Anthony, Vinushka"

Una fuerte palmada golpeó su propio rostro, creada por el mismo .. Al parecer se iba a quedar soltero hasta la muerte en aquella desquiciada academia, sin un piano .. Sin nada. El darse media vuelta para acudir hacia Aldana le hizo darse cuenta poco a poco que comenzaba a haber sol .. ¡Tal vez habían regresado a la normalidad!

Corrió lo más rápido posible hacia los lugares de su compañera, alcanzando a ver la huída del curioso hombre y también el drástico cambio de vegetación .. El aire estaba completamente limpio, sin contaminación o semejante.. Tampoco estaba el asfalto que llevaba a la ciudad.

- ¿Qué demonios .. ?

Se encontraba en medio de una multitud de estudiantes, todos desesperados por no saber qué ocurría, se encontraba tan asustada como ellos, deseando haberse fugado de clases ese día, deseando que todo fuese algún sueño, deseando que alguien o algo "mágico" viniese a salvarla, con aquella falsa esperanza de que en realidad todo estaba bien y que se estaban asustando por nada... Todos aquellos pensamientos rondaban por su cabeza mientras que ella se mantenía inmovil en ese sitio.

Al oír el llamado de su amiga, volvió en si, sus pensamientos rápidamente se esfumaron y volteó hacia ambos lados buscándola, y comenzó a abrirse paso tratando de no ser aplastada por entre los estudiantes hasta dar con ella, con bastante dificultad pues su estatura no le ayudaba mucho. Al poder ver un poco de luz, empezó a lanzar golpes para avanzar más rápido hasta este.

- ¡Gah! ¡¡Quitense de mi camino!!


Al dar por fin con su amiga, entrecerró un poco los ojos por el destello de luz, colocando el brazo sobre su frente para cubrirse. Al volver a abrir los ojos, se daba cuenta como sus compañeros que algo no estaba bien, que todo era distinto: El ambiente, la vegetación, los edificios que se veian a lo lejos.. Pareciera que estuviesen en otro lugar, pero a la vez parecia bastante familiar.

- ..¿Huh? ..¿Dónde estámos?

-¡Por Ford!, ¿dónde carajos estamos? ¿¡Y que hacía ese vestido así?!-La primer frase le pareció de lo más estúpida y alguien se la había pegado, sabiendo quien era se cubrió la cara con la diestra notándose un leve rubor en la cara. Seguido de eso maldijo a regañadientes y negó con la cabeza.

Notó la llegada de ambos rubios y suspiró señalando hacia afuera con clara molestia:

-Se habrán dado cuenta de que eso no es normal, y si no, son unos imbéciles de primera-

Su forma de hablar, siempre tan "refinada" era lo que más la caracterizaba, también los bruscos y violentos movimientos que a veces hacía sin darse cuenta. De nuevo miró maravillada aquel paisaje y aspiró lo puro del ambiente, quedando embriagada por el aroma de árboles y plantas, por tanta pureza.

Pero pronto salió de aquel trance, solo cuando oyó voces molestas que salían de la Academia, de gente desesperada por luz solar y que pronto se encontraron en aquel extraño lugar y entonces acallaro, buscando calmar la situación alcé la voz:

-Escuchen, manga de inútiles-Esa forma de hablar no era nada aceptable para los demás, algunos hasta pensaron en lanzarse sobre ella a darle a golpes. Pero se contuvieron ya que desde que supieron que era mujer trataron de moderarse -Voy a salir a explorar, porque si bien se dieron cuenta no estamos donde deberíamos. ¿Alguien desea venir?- La pregunta salió por la fuerza, ya que no deseaba mucho compañía, solo estar ella con aquel maravilloso bosque. Inconcientemente, miró hacia Anthony y Vinushka.

Escuchó palabra a palabra lo que ella mencionaba, sintiendo que se encontraba dormido. Avanzó algunos pasos hacia la reja de la Academia para mirar el suelo sin asfalto y como si no creyera en la realidad, frotó la zuela de la bota contra la tierra, pero no se atrevía a salir .. ¿Qué tal si había animales salvajes ahí? ¿Si en realidad la mafia se encontraba vigilándolos o simplemente era un sueño? No había manera de averiguarlo, pero las palabras de Aldana le hicieron mirarla y alzar la voz, cosa que sorprendió a la mayoría.

- Voy contigo, Aldana. No puedes salir sola.

Intentó sonreír, no obstante él estaba más aterrado que los estudiantes, los cuales comenzaron a retroceder con la negativa. Solo esperaba que Vinushka no se atreviera a cometer un riesgo tan abundante como ese.

Al escucharle, sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella para tomarla de las ropas, alzando la mirada para ver a su querida amiga frunciendo el entrecejo y con una mueca de nerviosismo disimulado, pues trataba de parecer fuerte, aunque en ese momento nadie podía esconder el terror de sus caras, por más fuerte o más maduro que fuese.

- ¡Aldana! No me piensas dejar sola ..¿O si?

Las palabras de Anthony le habían irritado un poco:

-¿Crees que no? ¡Pues veme salir!- Sintió que su orgullo fue herido pero claramente debía evitar irse así como así y decirles algunas cosas a los que en esa Academia estaban-Anthony, permíteme, vas a serme útil para algo- Con un salto y con agarrarse de los hombros trepó sobre Anthony, hasta apoyar luego los pies sobre sus hombros y erguirse. Curioso era ver que tenía perfecto equilibrio, esta habilidad la había adquirido por trepar rejas para escapar de guardias cuando robaba algún lugar importante. Fue entonces cuando se llevó una mano a la cintura y con la otra señaló a los estudiantes que ahora estaban reunidos-¡Escuchen! ¡¡DEJEN DE GRITAR!! ¡Cállense bola de imbéciles!- El silencio inundó el jardín pero miradas de odio y rabia se fijaron en ella, entonces fue cuando volvió a alzar la voz-Sí, sí, mirenme como quieran, pero escuchen. No sabemos donde carajos estamos y estoy segura de que no es donde deberíamos, por ende, voy a salir a explorar con el maniático religioso y Vinushka. Por ende, de todo corazón debo pedirles un favor. ¡No confíen en nadie que no sea de la Academia! No necesitan saber el nombre, con la cara basta y esto segura de que todos conocen la cara de todos, por ende, por un tiempo se fiaran solo de sus compañeros tengan una mala relación o no, confíen en ello en lo que volvemos... Si es que volvemos. Será solo por dos días, es todo- Dicho esto bajó con un salto de los hombros del rubio y le quitó la tierra que había quedado en sus hombros.

-Listo, hora de irnos.

Dicho esto la chica avanzó y abrió el portón de la Academia, partiendo hacia el interior de aquel bosque, acompañada de Anthony y Vinushka, segura que por el miedo de los estudiantes harían lo que ella había pedido.

Un quejido salió de su boca en el arranque que tuvo su compañera, acoplándose a su balance y quedándose inmóvil, sólo sujetándole los tobillos para que ella pudiese hablar. Tenía razón en los argumentos que estaba empleando, pues confiar en los maestros misteriosos y en un director sin nombre les había llevado a ese lugar, pero .. ¿Exactamente qué les había atraído ahí? Cuando la muchacha bajó de sus hombros, él mismo se acomodó los hombros y retiró la tierra, comenzando a caminar hacia donde Aldana se había marchado, temeroso de que se estuviesen colocando en algo mucho más fuera de su entendimiento.

Pero como muchacho soñador que era, se acercó a Vinushka y con una voz algo baja, intentó ganar su confianza y algunos puntos a su favor, aunque sonreía como un tonto.

- No se preocupe, señorita Vinushka. Yo le cuidaré si sucede algo malo.

Solo se quedo en su lugar, al momento de que su amiga subió a los hombros del rubio, sin emitir ninguna palabra, tan solo escuchando. Volvió la mirada hacia todos los estudiantes por unos momentos, frunciendo el entrecejo al ver que algunos murmuraban entre ellos viendo a Aldana como si estuviese loca, burlándose, otros pareciera que planearan algo como ¿Escaparse? .. Sinceramente ya le daba igual por ellos, siempre la trataron más por su apariencia que por quién es.

Cuando su amiga comenzó a retirarse, caminó tras ella, no sin antes detenerse un momento para observar al joven que le había hablado.


-¿Huh? .. ¿Acaso crees que no soy lo suficientemente fuerte como para cuidarme sola?

Un comentario pedante salió de golpe, más bien estaban hablando sus prejuicios y su desconfianza por las otras personas, que siempre la creyeron una chica linda sin cerebro ni habilidad.

Sigilosa se deslizó, de vez en cuando hacía algún movimiento de ballerina para evitar darse contra los árboles pero todo inconciente. Simplemente dejó de moverse así y pese a los intentos del rubio por no ser oído ella tenía los sentidos más desarrollados y oyó, soltando una brusca y sonora carcajada- ¡AHAHAHAHA! ¡Qué corte de rostro!- Mas al decir eso no volteó a verlos, solo siguió caminando delante de ellos.

Así siguieron los tres jóvenes, avanzando por el bosque hasta desaparecer de la vista de la gente de la Academia.

Ahora estaban en terreno desconocido, el Bosque de un extraño lugar, sin mapa alguno, brujula u objeto para orientarse. Solos.

Si bien eso a ella le daba igual, bien sabía valerse por sí misma.

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Continuación.

El trote del negro corcel sonaba sordo por el bosque, siguiendo un camino invisible que solo tenía el castaño en su mente. Con una capa sobre sus hombros entre el espesor pasó como un suspiro del diablo a pocos metros de los jóvenes que se alejaban, seguramente le escucharían y posiblemente le verían pero el noble, tan centrado en su objetivo, no notó presencias en aquel bosque y se dirigía fijo hacia la estructura que se alzaba, que si mal no recordaba, antes no había nada allí. Aunque podía equivocarse puesto que esas no eran sus tierras.

Llegando a las rejas principales y de la nada parecía salir un camino de hormigón con baldosas que hicieron que las pesuñas del caballo se hicieran más audibles. La afilada mirada del castaño observó el lugar viendo algunos jóvenes que aún quedaban del discurso de Aldana pues muchos se habían vuelto a meter a la academia y otros decidían alejarse a hacer sus propias exploraciones.

El conde desmontó tomando al caballo de las oscuras riendas para guiarlo por el jardín principal, mientras observaba su alrededor y los alumnos lo observaban a él. Era tal como su amigo le había confesado, las mujeres utilizaban pantalones o polleras que dejaban las piernas al descubierto, las remeras ajustadas dejaban poco a la imaginación y los escotes mostraban más que los de las cortesanas, las ropas tenían colores brillantes y algunas parecían tener oro y plata, incluso las lentejuelas de algunos pantalones modernos eran perlas y pequeñas conchas marinas para el castaño, los hombres vestían ropas ajustadas y camisas sin volados, sus manos y brazos estaban desnudos y algunos poseían dibujos similares a los que poseía su estimado en el pecho. Y las pintu… fotografías no mentían, si eran un grupo exótico y hermoso de personas.

Doble post necesario para salto de escena.

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El viento trajo el sonido de una melodía y a su mente acudieron las leyendas que había escuchado de un dragón nómada que tocaba la flauta mientras viajaba por el bosque. La idea de que algunos alumnos se hubiesen separado del grupo le sobrevino a su mente.

Volviendo a montar espueló al equino con sus talones jalando de las riendas para emprender galope en dirección a aquella melodía.