Visita inesperada

Habían llegado a aquella mansión gracias al sujeto rubio de antes, el cual llamó a la puerta con una fuerza impresionante, demasiada para un humano normal. Los golpes al principio le asustaron, pues no le gustaban mucho los ruidos fuertes, luego de eso salió la ama de llaves.

Se quedó viendo el paisaje donde se encontraban con algo de curiosidad mientras el hombre hablaba con la sirvienta, sin prestarles mucha atención...Ya había estado en mansiones antes, pero nunca una de Londres, ni de esa época.. La arquitectura era distinta y los jardines igual.

Cuando el hombre que los llevó hasta allá comenzó a retirarse, se sorprendió pues no pensó que los dejaría ahí solos. Trató de articular alguna palabra para detenerle, o al menos cuestionarle el motivo de su retirada, pero no lo hizo, quizás tenía sus razones, así que solo se quedó ahí, parada frente a la sirvienta esperando que se apiadara de unos adolescentes perdidos y los dejara entrar a la mansión.

La sirvienta les miró y solo esperaba que dijesen su razón de la visita.

Solo se quedó en silencio, pasó a mirar a Dante por unos segundos, sonriendo internamente por aquella respuesta y luego volvió su mirada a la sirviente. Temía que decir algo pudiese arruinar la situación, pues ella no sabía mucho de Francia, y nunca se le facilitó el idioma... Solo se situó detrás del joven tratando de aparentar ser la hermanita pequeña que no sabía manejar otro idioma mas que el suyo.

La mujer le miró un tanto confundida al frances y solo asintió con su cabeza - Si me permite su nombre le daré aviso a mi señor. -

Sin dudar en ningun momento recordo un nombre que vino a su mente rápidamente. Lo había leido en algún lado, estaba seguro.-Claro, yo soy André Soult, hijo del duque y mariscal de francia Jean de Dieu Soult-No mentía, ese nombre rondaba en su mente, sobre todo el del padre. Seguramente lo habría leido en alguna clase de historia francesa...

off/ El Mariscal de Francia (en francés: maréchal de France) es una distinción militar en Francia, no un rango militar.

La señora asintio con la cabeza y una sonrisa - Por favor pasen a la sala, hare anuncio a mi señor de su llegada. - y con estas palabras abrio la puerta dejandoles pasar y guiandolos por la casa hasta la sala donde les ofrecio asiento en los sillones que alli disponian frente a una chimenea. En uno se veia un tejido a medio terminar, un bollo de lana negro y las agujas clavados en este con unos zapatitos de bebe a medio tejer. El piso cubierto por una espesa alfombra se extendia sin obstaculos hasta las paredes donde se alzaban algunos muebles y exibidores con diferentes objetos desde simples adornos a espadas, cornos, latigos y articulos de caza de zorros. Incluso en la pared se veia una pintura del señor de la casa, Joshua Silvercraft sobre un caballo marron oscuro ataviado con un uniforme de caza y a los pies del caballo cinco perros de caza. En su cintura una espada que era la misma que a un lado del cuadro se exponia junto a un zorro disecado.

Caminó detrás del joven actuando como su pequeña hermanita, observando de reojo la sala, mostrando cierta expresión de repulsión hacia los artículos de caza y el animal disecado.. Todo se veía tan antiguo. Su vista se fijó en el retrato del caballero, y recordó que ya se habían visto antes en el bosque, así que el plan no iba a funcionar del todo... Bueno, al menos pudieron entrar al lugar.

Se sentó en otro de los sillones cerca del muchacho, esperando que lo mejor cuando el hombre de la casa apareciera.. ¡Quizás ni se acuerda de su apariencia! Tratando de ver el lado positivo, se quitó los broches del cabello y los guardó en uno de los bolsillos de la gabardina prestada, para luego alborotarse un poco el cabello con las manos y peinarse de otra manera.. aunque no se veía muy diferente.

Al cabo de unos minutos regresó la ama de llaves y conuna leve reverencia anunció - El conde vendrá a la brevedad. -

-Gaah.. lo sé. Aunque no recuerdo haberle dirigido la palabra, podría seguir haciéndome pasar por una francesita perdida, pero mi pronunciación es horrible ..Casi que lo unico que se decir fluidamente es "Oui"

Se dio en la cara con la mano abierta luego de quitarse los lentes con la intención de limpiarlos, y frotó su rostro con la misma para que esta terminara sobre su mejilla, mientras que pensaba en alguna historia para justificar el porqué estaban ahí, y por qué habían mentido en caso tal de que la reconocieran. Bien podían decir la verdad.. ¿Pero hasta que punto?


-Todo esto es tu culpa...Uu

[Paso turno para simular la tardanza en llegar]

-¿Uh?

Se volteó rápidamente ante el comentario de su acompañante, y no pudo evitar tomarlo de mala manera. Ya bastante tiempo atrás le habían dicho algo así pero de manera despectiva.. (o al menos eso parecía).

"Ponte los lentes, sin ellos te ves muy....... diferente."

En ese momento, frunció el ceño y dijo en tono severo, obligandolo a hablar.

-...Quedo muy..?

Los pasos amortiguados por la alfombra se hicieron presente mientras el conde se acercaba, se acomodaba en el camino su ropa y el cabello apenas con sus dedos para apartar un par de mechones de su rostro.

Apareció por el umbral una sonrisa tranquila, amable, al igual que su mirada, no llevaba lentes esta vez. Aún vestía el traje carmín que había usado en la cena, un traje de época un tanto más sencillo que el que le había visto la joven. Por debajo una camisa blanca y el brocado en su cuello estaba un poco desalineado, quizás no lo notaran al no estar acostumbrados a la moda de la época, solo estaba por fuera de la chaqueta formando una pechera de bolados. Se acomodaba los guantes mientras se acercaba a ellos - Mis disculpas por la tardanza, no esperaba visitas a esta hora. - Intercaló su mirada celeste en uno y en otro, a primera vista no reconoció a la joven. Enseguida reparó en sus ropas y en sus facciones, sin dejar nunca su sonrisa. - ¿A que debo el honor? - No se presentó, pues estaba en su casa.

[Off: D: Joshua, tengo una gabardina negra puesta para que no se me notara la falda corta.. °-° no creo que puedas reconocerme las ropas... creo.]

Solo volteó a ver al conde por un momento, y luego bajó un la mirada un poco para que no se viera mucho su rostro, con cuidado guardó los lentes en uno de los bolsillos de la gabardina negra que llegaba hasta sus tobillos por la diferencia de estatura de ella y del chico que se la había prestado. Ya empezaba a sentir calor de la chimenea, lo que le daban ganas de quitarse la prenda que la cubría, además que llevaba debajo una chaqueta y una camisa blanca.. mas bien quería quitarse todo. Disimuló el querer echarse aire, jugando un poco con los bordes de las mangas para que ventilara un poco por ahí, del resto se quedó en silencio, actuando como si oyera lo que hablan pero no entiendiera nada.

[No reconocí las ropas, pero una gabardina notoriamente más grande de tu talla es extraño y Dante no se ha cambiado de ropa. Error mío de redacción, reparé en la vestimenta de ambos y no solo en la tuya.]

El castaño no hizo ademán o intención de seguir avanzando o siquiera ponerse cómodo, solo se quedó parado a un metro de la entrada a la sala. Carraspeó un poco llevando el reverso de su mano a su boca al hacerlo y obsercó al frances con más seriedad - ¿Rubio? ¿Un ario? Señorito Soult. Permitame recordarle que está prihivido y penado el tener un esclavo que no sea de raza negra o mulata. Descuide, mantendré perdil bajo a su secreto. - dijo con aire de intimidad y secreto.

Volvió a tomar aire y negó con su cabeza - Y lamento no poder ayudarlo. Verá, no es el único que tiene probelmas con esclavos, desde que este esclavo - hizo un gesto con la mano de manera despectiva - mató a su amo y ya hecha la aboliciónd e la esclavitud en otros paises, como el suyo - recalcó pues hacía ya 6 años de la abolición de la esclavitud en Francia -, ah creado revuelas en los esclavos y yo mismo he tenido que liberar a los mios para evitar correr riesgos. - se encogió de hombros cruzando sus brazos y colocando su mejor rostro de impotencia - Y no he visto un esclavo con esas caracteristicas, menos en mi propiedad. Cualquier intrusión en estas mis criados me lo harían saber. -.

Se quedó viendo al vacío mientras escuchaba a Joshua, maldiciendo mentalmente a Dante. Se supone que sabía del tema ¿no? ¿Para qué planea algo si no sabe de que habla? ¿Por qué no le tocó alguien de teatro? .. Solo se quedó ahí sentada esperando la respuesta del chico que la acompañaba.

Al sentir la seña de Dante, se levantó arreglándose un poco la gabardina y caminó hasta donde estaba él.. Escuchó su respuesta, alzó su mirada hacia él frunciendo un poco el entrecejo, era la respuesta que menos se esperaba ... Viendo que el plan ya estaba bastante dañado, suspiró y se desabotonó los primeros botones de la gabardina para que entrara un poco de aire y quitarse la sensacion de sofoco por el calor, observando ahora al conde entrecerrando un poco los ojos para distinguirlo bien, pues no tenia sus lentes puestos.

Se mostró sorprendido, Les miró con seriedad y sus ojos abiertos mirando a uno y otro, incluso llevo su mano a sus labios entreabiertos - Ahora que lo mencionas, si, ella es quien acompañaba a Anthony - dijo acercandose un par de pasos para mirarla mejor. Llegando al respaldo de un sillón simple apoyó sus manos allí y suspiró cerrando sus ojos y bajando su mirada, negó un par de veces con la cabeza antes de subir nuevamente su mirada, consternada y preocupada - ¿No encuentran a Anthony? Cuando me lo llevé del bosque volvimos a la academia, allí hablé con él un rato y volví dejandolo allí, no quiso acompañarme. Le dije que volvería mañana. Lo siento, pero él no está aquí. ¿Pasaron por la academia y le buscaron allí? - se notaba la preocupación en su voz y claramente en su mirada afligida.

Poca metira había en el relato, si había ido a la academia y pasado un rato hablando con el rubio en esta, lo único que si se había traído al rubio a su mansión y no le había dejado en la academia. Habiendose ido con él evitando pasar por la puerta principal y alejandose de la carvana de paladines de los Skykeeper se había asegurado de no dejar testigos.

- Shh.. De esa manera no arreglarás nada.

Posó su mano sobre el brazo del chico para darle señal de que era ella quien hablaría ahora. Sea cierto que tenga a Anthony o no, él era el dueño de la casa, además de un famoso conde, podía echarlos a la calle o meterlos presos si se le antojaba, y eso por supuesto no les convendría.. teniendo en cuenta también que esa no era su época. Volteó al conde y le habló de manera tranquila, mientras que sacaba sus lentes de los bolsillos de la gabardina y se los colocaba.

- Disculpe señor.. Si es cierto que Anthony no se encuentra aquí, ¿No le importará alojarnos por esta noche? La academia queda muy lejos y sería bastante peligroso que dos chicos indefensos salieran a estas horas. Mañana a primera hora nos iremos para buscarle en la academia.

Si les dejaba quedarse, en la noche les daría oportunidad de buscar al rubio y salir de ahí. Era muy difícil que alguien se negara a su apariencia de "muñequita de porcelana", con la cual no le gustaba manipular, pero en este caso era en lo unico que podía confiar, además de la bondad del hombre, para que su plan funcionara.