Día de inspiración

Invitado

Hace varias horas que estaba sentado en una mesa de cuatro personas, tomando un poco de esa bebida que tanto marcó su vida, el ajenjo, pensando en alguna melodía antes de llegar al punto de perder la conciencia, solo se le venían a la cabeza canciones que a el le gustaban, nada elocuente como para empezar a componer, por lo tanto se puso a pensar en otras cosas.

Esta taberna no era como las que alguna vez el había recorrido, tenía bastantes luces para su gusto, pero desde ese momento el decidió que sería uno de sus lugares de cabecera, ya que ahí para el era el mejor lugar para inspirarse ya sea tanto en composiciones futuras como en tratar de resolver porque a el le había tocado estar en ese lugar.

"Cantinero, deme otro"

Capaz ese ajenjo serviría para un día que no había inspiración aparente, no para pensar en alguna, sinó para poder pensar, y quizás, ¿Porqué no?, en alguien que le pudiera hacer algo de compañía...

Invitado

Con el correr de las horas se acostumbro al lugar, encontró un cómodo lugar en la barra bajo una imagen de un gran caballo corriendo por una pradera a la luz de la luna, colgada en la pared.
El cantante parecía inspirado, no podía parar de llenar los guiones de su cuaderno con letras que parecían estar escritas con mucho cuidado, pero lo real era que las palabras fluían rápidamente, para lo único que dejaba su bolígrafo traído del futuro, era para alcanzar con su mano más hábil (aunque un poco torpe en ese momento, por las horas que había pasado con su fiel compañero el ron) el vaso que aun seguía esperando vaciarse nuevamente para ser rellenado otra vez por el cantinero.
Pero mientras tomaba un profundo trago, no pudo evitar observar al por momentos tambaleante personaje sentado en una mesa cerca de una luz que provenía de la vela detrás de él.

En el aparente estado de ebriedad el cantor (después de guardar su cuaderno y la birome) no pudo evitar acercarse al hombre de la mesa al reconocer la frustración que es común en cualquier compositor cuando no logra concretar ni una mísera nota, y se presenta como es debido (pero un poco mareado también) ante el hombre de la mesa.

“Buenas noches colega, mi nombre es Diarmadal, no pude evitar notar que carece de inspiración esta noche, es usted músico verdad? quizas yo pueda distraerlo un poco, al menos hasta que sienta que la inspiración le invada la mente otra vez, pues no pude evitar notar que no deja de mirar el papel ni para tomar de su vaso.”

El, ahí parado (intentando no caerse por el mareo) esperaba una respuesta amistosa del personaje de la mesa, para poder charlar un rato.

Invitado

Fue realmente raro para el la forma en al que le hablaba este muchacho: Evidentemente estaba cerca de estar ebrio. Y como Victorio tampoco estaba tan lejos, y tratando de buscar algo de compañía, bajo una luz de la taberna y en circunstancias que ni el mismo podía explicar decidió amistosamente entablar una charla con este muchacho.

"Diarmadal... que buen nombre tienes muchacho, de verdad me agrada mucho, aunque esté un poco mareado después de este último ajenjo, aún puedo distinguir el arte en un simple nombre... Voy a presentarme porque si no me siento menos... Mi nombre es Victorio y si no dejo de mirar este papel es porque aquí trato de plasmar alguna composición, pero aún está vacío, como una noche sin estrellas"

Y en ese momento decidió quedarse sentado definitivamente antes de que el alcohol finalmente lo hiciera caer, sentándose en la silla en la cual había estado durante ya varias horas. Puso sus manos en la mesa, dejando el papel prácticamente vacío de contenido a la vista de su compañero de mesa.

"Anda, si quieres échale un vistazo, capaz se te ocurre alguna idea para tratar de llenar este papel, porque si por ahora es por mi, esto quedará vacío por un buen rato"

Al término de estas últimas palabras, sacó su libro favorito, La Biblia y se puso a leer con la intención de que su compañero pudiera llenar aquel papel tan vacío.

Invitado

El, se sintió en parte invadido y a la vez alagado en cuanto escucho la peticion de su nuevo amigo,e intento ayudarle, pero su nivel de ebriedad no le permitia razonar muy bien lo que escribia.
Como por arte de magia cuando el dejo su bolígrafo en la mesa, tenia escrita casi la mitad de una partitura, la cual no sabia como seguir, así que le devolvió el papel a su compañero después de pedirle disculpas.

"Vico (intentó ponerle un apodo a su nuevo conocido) lamento decirte que no puedo escribir mas que estas pobres lineas, en este estado es muy complicado y realmente me gustaría hacerlo bien, ¿por qué no intentamos los dos juntos componer el resto?, y así completar el papel, pienso que seria mas fácil. Incluso podríamos abordar la idea de continuar creando arte juntos de aquí en adelante al menos para poder seguir dándonos el lujo de beber en esta taberna tan acogedora "

Una vez dicho esto, llamo al cantinero para pedirle que le traiga mas ron, esperando con ansias la respuesta de victorio, puesto que hacia tiempo ya esperaba que alguien se uniera a el para acompañarlo con algún instrumento para explotar al máximo la destreza de su voz.

Invitado

Apenas escuchó el apodo que su nuevo compañero le había puesto, se quedó atónito. En parte también querido, pero su propia existencia y personalidad no le permitía en parte sentirse de esa forma, por lo tanto su mirada intentaba en un principio, producir algo de rechazo ante ese apodo, creía que era demasiada confianza en poco tiempo a pesar de su estado de ebriedad. Secó su boca con su remera que hacía días que tenía, se levantó y le dijo a su compañero:

"Creo que eso será trabajo de otro día, ahora creo que tendré que irme a acostar, ya que mi estado me lo pide a gritos. Un gusto haberlo conocido mi compañero, y me mantendré en contacto con usted, pero antes de irme quisiera que me siguiera en este allegro"

Y detrás de ese comentario, sacó su cello, y empezó a tocar aquella parte de la sinfonía en cello para recordar a su madre, mientras esperaba que su compañero pudiera seguirlo.

Invitado

El intentó seguirlo, pero su estado deplorable no se lo permitió, no podía modular bien, ni mucho menos sostener una nota, así que se estiro un poco y le dijo a su amigo..

"Lo lamento pero en este momento me es muy difícil incluso mantenerme parado, en otro momento lo intentaremos, es una promesa, por lo pronto me retiro a mi habitación... nos veremos pronto, a propósito, en parte de pago déjame pagar ese ultimo trago que acabas de tomar como compensación por no poder seguirte el ritmo, hasta pronto."

Luego de pagarle a la camarera volvió a estirarse y seguido de un bostezo, se retiro del lugar.