Necesito un pianista. [ Amber. ]

Era un día repleto de sorpresas, pero también con decisiones. Si de repente le dijeran a un hombre que su vida jamás fue lo que él creyó que era ¿Cómo se comportaría? Evidentemente, buscaría recuperar lo que realmente había sucedido. Había tres razones muy importantes que eran vitales para su persona: sus poderes, su grupo y más que nada, su hijo. No podría llegar a la Laguna de los No Muertos y de repente, arrancarlo de las garras de su hermano, así que antes, debía encontrar una manera de poder ser tan fuerte como él, su propio método de mágia: la música.

Después de la visita del encapuchado de cabello negro a su morada, pudo darse cuenta de lo mucho que necesitaba a sus amados estudiantes, a los cuales había condenado a un infierno y ahora, descaradamente les iría a pedir ayuda ¿Qué clase de sin vergüenza era? Uno bastante hipócrita, de seguro. No obstante, si a él le ofrecieran la oportunidad de viajar en el tiempo, la aceptaría a toda costa.. Esperaba que ese argumento fuese lo suficiente para escudarse almenos unos instantes.

Cabalgó medio día entero en dirección al bosque, con sólo una pequeña maleta de equipaje, pues su viaje no iba a terminar en ese lugar, todavía necesitaba encontrar las partituras de la melodía que iba a interpretar, no obstante, consideró que 3 instrumentos eran necesarios: El piano, el violín y el cello. Él mismo iba a encargarse del violín, su fascinación, el cello lo iba a interpretar su mejor amigo colega, quien posesivamente había tomado a un pianista y no deseaba arrebatárselo .. Pero existía otro talento, una muchacha que sin duda, era tan buena como el rubio trenzado.

Así, fue por ella. Llegó al anochecer a la Academia, atando al caballo en el jardín y escabulléndose por la entrada trasera, esperando no ser visto. Siendo un experto en los pasillos ocultos del edificio, pronto dió con la sala de música.. El elegante balcón con cortinas de tul blanco seguía siendo tal como lo diseñó, los pianos de cola blancos perfectamente acomodados, las vitrinas con instrumentos, completamente sublime. Buscó con la mirada para buscar a su estudiante, o alguna señal de vida.

El silencio reinaba la sala de música, ni siquiera se escuchaba a un ratón hasta que… Tchaikovski rompió el silencio; para cualquier oído seria de agrado aquella música, perteneciente a un famoso, Tchaikovski, quien compuso, una figura femenina, quien ejecutaba.

Se encontraba sumida en su música a tal punto que no notaba nada a su alrededor, para ella solo existía el piano, agraciada en el movimiento de sus manos sobre las teclas, el sonido que producía le causaba tal emoción que la hacia sentir viva, Las horas se le habían pasado practicando esa música, un pequeño error haría que corte con todo y comenzara nuevamente desde el principio al punto de parecer obsesionada con perfeccionarse, sin siquiera detenerse para descansar o darse cuenta de que el paisaje a su alrededor cambio.

Soltó un largo suspiro cuando en su último intento había logrado acabar al menos la primera parte, froto sus orbes con ambas manos antes de comenzar a buscar con su mirada la mochila, dispuesta a tomar un descanso no noto la presencia del recién llegado.

Respiró profundamente para organizar sus ideas, debía encontrar la manera para convencerla a ir con él, aunque si tenía suerte, de seguro ni siquiera sabría quién era Haunted, ni mucho menos que existiera un director. Elevó una mano para dar algunos golpecitos a la puerta de madera caoba, anunciando su llegada respetuosamente.

- Señorita ¿Me permite unos minutos?

El golpecito de la puerta pareció sacarla de su mundo; giro el rostro en dirección a él para observarle con un gesto pasivo, asintiendo solamente una vez a modo de respuesta. Tomo su mochila de forma automática llevándola a sus hombros, dirigiéndose con paso tranquilo hasta quedar frente a él; no tenia idea de quien se podría tratar, quizás él seria algún profesor que no conoció, o seguramente la iban a regañar por estar hasta tan tarde practicando, sea lo que sea, estaba bastante cansada por el día que había llevado.
- … Si es debido a la hora, ya justo me retiraba… -

Parpadeó extrañado por la reacción de la chica .. Y por haberle tratado como si la autoridad todavía valiera en la academia, después le hechó una mirada al rostro, la fatiga de sus facciones delataba cuánto tiempo había estado ahí .. Justo como cuando él pasó una semana tocando el violín.

- ¿Acaso .. No sabes que ha sucedido?

Ladeo el rostro con ingenuidad, ¿acaso había sucedido algo?, no le resultaría de extrañar que hubiera estado tan concentrada en el piano que perdiera la noción completa del tiempo, y era extraño de que nadie mas hubiera entrado a la sala de música, pero creía que eso no era para preocuparse.

- Discúlpeme pero… no…no sé. ¿Usted no es un profesor?... - Llega a cuestionar, él no le parecía una persona por la que debiera de temer, no creería que algo muy raro pudiera ocurrir, era una academia normal… ¿qué tanto pudo haber pasado?

Sintió una punzada de culpa en el pecho, no esperaba tener que decirle la realidad a un alumno, menos a alguien que no tuviese nada de culpa, alguien que sólo se dedicaba a progresar.. Le tomó con gentileza de la espalda y con ello, la encaminó tranquilamente hacia el balcón, mostrándole la academia ahora algo gastada por hiervas y rodeada completamente de bosque.. Aunque comenzaba la noche, se podía notar el aire limpio y que sólo había montañas lejos.

- Ya no estás en tu mundo.

Una sonrisa se dibujo en sus labios cuando la llevaban en dirección al balcón, murmurando por lo bajo. - Claro, “no estoy en mi mundo”… ahora estoy en otro planet… - Sus palabras se silenciaron al ver su alrededor, aquella sonrisa se volteo, un gesto de sorpresa invadió su faz. - … ¿Qué…? ¡Oh! ¡Ya entiendo! ¿Es una especie de broma por los alumnos de teatro?... - Lo mas lógico que se le podía ocurrir era eso, forzando su sonrisa mientras miraba nerviosa a su acompañante, sus manos incluso temblaban al tratar de mantener la calma.

- Esto es una broma… tiene que ser una broma… ¿verdad?... -

Negó con suavidad, bajando la vista al suelo, si tan sólo no se sintiera tan culpable.. Antes de siquiera proponerle algo a la muchacha, tenía que informarla correctamente de todo lo sucedido.

- La última presentación que se estuvo preparando en la academia no era de orígen normal, aunque te cueste creerlo, y enseguida te pediré que lo tomes con seriedad, las notas ocultaban mágia en su interior.

Esperaba que Hamilton lo tomara enserio, así que continuó, revelándole un dato que a ningún otro alumno le había dicho.

- Yo soy el director al que ustedes llamaron "Haunted" .. Yo creé esta academia y es por mi culpa que ustedes retrocedieron el tiempo 200 años, estás en el pasado de Inglaterra.

Llegó a la Academia cuando estaba entrando la noche, agotada, todo este tiempo había estado a pie. El pobre tipo que venía con ella se había querido resistir y terminó golpeado, aunque no mucho, aún así estaba inconciente y ella lo arrastraba.

¿Cómo estaba ella? Como ya se mencionó, agotada, hambrienta, fría y sucia. Los párpados le pesaban y el estrés le tenía los pelos de punta, no soportaría palabra alguna de alguno de los estudiantes de la Academia.

Había dejado al hombre tirado en la entrada de la Academia creyendo que le alimentarían o algo.

También había aprovechado el tiempo para ir por su cuarto y tomar su mochila con sus pertenencias poniéndoselas en los hombros, y recordando una pelea con una alumna llamada Alazif Searss, tomó el libro de cuentos antiguo que ella tenía a modo de venganza y en su mochila lo guardó.

Ahora estaba caminando por el pasillo para salir del lugar y buscar al famoso Haunted, sin saber que realmente allí estaba lo que buscaba.

Fue justo cuando pasó por la sala de Instrumentos y vio gente, y también fue justo cuando oyó:

Yo soy el director al que ustedes llamaron "Haunted" .. Yo creé esta academia y es por mi culpa que ustedes retrocedieron el tiempo 200 años, estás en el pasado de Inglaterra.

La ira que había desaparecido, que había sido apaciguada por el cansancio, el hambre, el frío, la había despertado y le había hecho recobrar energía.

Sin que la hayan oído, con sus pasos sigilosos pese a tener calzado corrió hacia donde Haunted y la otra chica, sin darles tiempo a reaccionar a ninguno de los dos, Haunted terminó contra el suelo con ella encima, y rápido le dio un puñetazo contra su mejilla derecha, seguido de un grito, o más bien algo similar al rugido de un animal:

-¡¡BASTARDO!!

El rostro de su alumna al confesarle lo que él consideraba pecados, le provocó un nudo en la garganta, motivo por el cual no pudo escuchar a la otra alumna que pronto le tenía tumbado en el suelo helado, incómodo por la caída a este y con el cabello oscuro despeinado, sin embargo alcanzó a reconocerla de inmediato, convocando un amargo sentimiento de decepción hacia si mismo, quizás fue el motivo por el cual se dejó golpear.. Además de que sabía de antemano que era una dama.

Cuando escuchó el rociar de un spray se quedó sorprendido y por instinto, aprovechó para tomar por las muñecas a la pintora y con una fuerza que hasta él desconocía, la jaló hacia el costado pero amortiguó alguna caída al no soltarla, levantándose y obligándola a imitarlo a la par.

- Aldana Firandi ..

Sonrió pícaro, después rió entre dientes con un tono encantador, llevándose la mano al rostro golpeado.

- Era de esperarse..

Había usado toda su fuerza para el golpe contra Haunted, al menos toda la que le quedaba. Así que terminó siendo forzada a levantarse, jadeando y apretando los párpados, logrando zafar una mano se la llevó a los ojos y apretó los dientes al igual que los párpados. Oyó seguidamente que dijeron su nombre:

-Haunted... Desgraciado... ¿Qué putas haces en la Academia luego de lo que nos hiciste?- Apenas pudo mantenerse en pie, apretó los puños y luego sonrió de manera natural pese al dolor-Ey, la niña rica de ahí... Me la voy a cobrar por esto... Tenés un cabello muy bonito... Tené mucho cuidado...- Como sus piernas no habían sido sometidas, lanzó aún sin poder ver una patada hacia adelante donde creía estaba Haunted.

Su rabia no iba a irse, no así de fácil. Necesitaba al menos dejarle el rostro irreconocible:

-Si te pudiese ver... No saldrías vivo.

No se sintió intimidada por la amenaza, realmente ni siquiera vio necesario el hacerle caso a una persona así, mas importante le parecía ver a su alrededor, el paisaje completamente cambiado, no podía creer lo que veían sus ojos, sin duda era algo bello pero a la vez desconcertante.

- ¿Cómo es posible…? - Llevo su mirar hasta Haunted, ignorando por completo a la chica quien… ¿Aldana Firandi?, había escuchado vagamente aquel nombre por las clases, mas al ser de otra sección distinta a los de plástica, no le pareció relevante.

- Mejor, ¿cómo volveremos a la época actual?, ¿y los demás estudiantes?... - A su mente le venían un sin fin de preguntas, ansiosa se escuchar las respuestas, de todas formas tenia el spray en mano, nerviosa y preparada por si Haunted no era quien esperaba, desconfiaba de todo en ese momento, el cambio repentino le había afectado, salio del mundo de la música para… ¿caer en otro mundo distinto?... seguía sin encontrar lógica.

- Hay una manera.

Mencionó sin pensar, después caminó hacia el piano que la muchacha había estado usando y deslizó el índice desde el inicio de la primera octava hasta la última, carecía de polvo como el resto de los instrumentos.

- Llegamos aquí con la música, volveremos con ella, a eso hé venido a buscarte, Hamilton.

Giró el rostro por encima del hombro para añadir énfasis a la seriedad de su petición.

- Necesito que me brindes tu talento.

Como vio que la patada no había dado a su blanco suspiró, cuando se vio liberada se dejó caer sentada al suelo con una mano cubriéndole los ojos...

Muchos de sus "compañeros" en sus "andanzas" habían sido afectados por el spray de pimienta... ¿Cómo era que se sacaba el efecto? Recordó ver la cara de algunos de sus compañeros luego frente al aire acondiconado, tirándose leche o detergente. No podía abrir los ojos y sentía una quemazón intensa.

Sabía que estaría así al menos por 45 minutos...

Solo gruñó, mientras oía lo que ellos decían planeaba modos de venganza, hacia ambos quizás, no se podía saber.

Cuando oyó a Haunted soltó una larga carcajada, cubriéndole una mano la cara:

-¿Que te preste su talento? Vos nos trajiste a este maldito lugar y ahora... ¿Pretendes que te ayuden? ¿Los mismos a los que condenaste? ¿En verdad? Debes estar jodiendo... Además seguramente vas a usarla para algo y luego dejarla tirada por ahí

Mira de reojo a Aldana, expresión seria y sin importancia, apenas le dirigiría unas palabras. - Te recomiendo comenzar a parpadear para lagrimear, de modo que se vaya más rápido el efecto… - Estaría loca para decirle eso a una persona tan agresiva, igual no le interesaba, sabía defenderse en cualquier caso.

- Aceptare si me explicas mejor a lo que te refieres con “prestar talento”, y claro… - Señala con su diestra a Aldana a pesar de que sus ojos estaban clavados en Haunted. - Ella estará presente conmigo, y si llegas a hacer algo que no corresponda, no la detendré cuando te golpee… - Esboza una amplia sonrisa al cruzar los brazos a la altura del pecho. - Tienes diez minutos para explicarte y convencerm… convencernos. - Ladea apenas el rostro con toda su atención sobre él.

Levantó una ceja con una expresión inocente.. ¿Acaso le estaban dando órdenes? No estaba acostumbrando a recibirlas, así que no tomó el tono amenazante enserio, pero respondió a su petición.

- Para devolverlos a esa época necesito mi poder de regreso.. Alguien lo tomó de mí hace años y borró mis recuerdos.

Tomó asiento en el banquillo del piano, debía elegir las palabras con cuidado para no decir demasiado.

- En el tiempo que estuve como un humano común, descubrí la energía de las notas musicales y hé decidido que ese será mi medio para recuperar todo lo que hé perdido, pero no puedo hacerlo solo .. Necesito a un pianista y a un intérprete del Cello.

Se quedó en silencio escuchando atentamente, ¿a ella qué le importaba todo ese asunto? Ella no tocaba ningún instrumento y no podía ser útil aquello, era una simple pintora. Apenas tenía el don de cantar bien pero solo lo hacía con gente de más confianza, como con Anthony o Vinushka.

Sin mover un músculo se quedó en su lugar, su sonrisa se borró y sintió de nuevo el peso del sueño caerle de a poco, sin descubrirse la cara en ningún momento.

Luego soltó un bufido por algunas palabras que dijo Haunted:

-Otro loco que habla de magia...-Dijo aquello en un susurro apenas entendible, sin aún creer eso, solo sonrió, recordando a la persona que había visto en el edificio en una fiesta, la apariencia de esa chica era de lo más curiosa.

De ella salió el sonido que hacían sus tripas, etaba hambrienta, se tapó más la cara porque ese ruido había mandado al carajo toda la seriedad.

- ¿Por qué debería de aceptar?... Escuchando lo que dijo, solo le importa recuperar lo que perdió, nosotros seriamos los instrumentos de vuestra orquesta… - Utilizo una bonita comparación para decir que ellos solo serian utilizados, una gota recorrió su sien cuando el estomago de la agresiva rompió la serenidad. Con su diestra comenzó a buscar en la mochila, sacando una esfera pequeña del tamaño de su pulgar, recubierta de un plástico blanco, era un chicle tan conocido entre todos, lanza este en dirección a Aldana en espera de que aceptara el dulce, al menos el chicle aplacaría los sonidos poco agradables que el cuerpo realizaba.

- ¿Cómo perdió su “poder”?, ¿en que pensaba cuando nos mando a todos a ese… lugar?... - Siempre fue amante de la lógica, pero todos los mangas y cómics que había leído le daría un vago conocimiento y claro, muy fantasioso, de todas formas no era posible, seguramente plantaron mas árboles o era una broma mala, no encontraba mucho sentido por mas que buscaba.

Abríó los labios dispuesto a objetar pero el sonido del estómago de Aldana le hizo dar un suspiro resignado, cruzándose de brazos para meditar unos instantes lo que iba a proponerles.

- Es una historia bastante larga, pero les propongo algo .. Como anticipo, les llevaré a mi morada y ahí podrán comer, tomas las ropas que deseen y aprovecharse de cualquier lujo que esta pueda brindarles.. Aunque es un castillo de época, no tiene ni televisor, teléfono, o internet.

El chicle le golpeó la cabeza, aún con sus ojos cerrados suspiró y dijo a quien sea que lo haya lanzado:

-A la persona de mente brillante, no puedp atrapar lo que me lanzaron, una idiota me tiró spray de pimienta...- Se sintió apenada por el silencio que había por el ruido del estómago, pero no lo demostró, Haunted había logrado picarle con curiosidad así que simplemente agregó:

-Está bien... Iré, pero para qué carajos planeas hacer...

Creyó que Aldana, siendo una “bicha” de la calle, dudaría menos tiempo cegada sin contar que ya le había dicho que parpadeara pero al parecer no la escucharon, negó varias veces en desaprobación por sus palabras, incluso pensó en aprovecharse y lanzarle alguna silla, pero se contuvo.
- Al parecer la artista acepto ir, ¿te la llevas?... - Murmuro divertida, elevando el mentón aun arrogante, su actitud altiva tan propia de su personalidad, prefirió el silencio por varios segundos, ¿realmente estaban en otra época?, eso no podía ser posible pero si era así… seria una oportunidad invaluable… se llamo varias veces loca pero cerro la mochila, llevándosela a los hombros, lista para partir. - Acepto ir a vuestra “morada” -

Estaba al tanto de que encargarse de la misma Firandi iba a ser un problema, pero si con ello obtuvo la participación de la muchacha pianista, entonces podría soportarlo. Con un ademán les pidió que le siguieran, les llevaría directo a su castillo.

- No hay tiempo que perder.


[ Aldana, te toca abrir post en mi castillo. Salgo. ]

{Salgo de escena también, voy a abrir post}