Fiesta de la plebe

Miró alrededor mientras siguió avanzando con grandes zancadas, solo sombras había alrededor, caía la noche y veía las sombras crecer. No encontró lo que estaba siguiendo. Se detuvo en frente de un edificio donde entraba mucha gente, pero no parecía tan bien vestida como la de hoy.

Plebeyos...

Dedujo y los veía tan sonrientes y felices que decidió seguirlos, no parecían pedir entradas para nada así que simplemente entró. Se encontró con mucha gente reunida en un salón, bailando y bebiendo, había una banda improvisada donde los plebeyos tocaban con instrumentos viejos o usados, allí había un hombre con un cello, dos con un violines, un piano que parecía bastante maltratado pero aún así servía muy bien a su objetivo junto con los demás instrumentos: Crear un ambiante alegre y de baile.

Algunas personas aplaudían mientras bailaban, otros en mesas bebían y jugaban a las Vencidas, otros a las cartas. Algunos apostaba.

El ambiente era muy de su agrado, sintió algo que la agarró de la mano y la jaló a la pista de baile. Era una plebeya, que parecía de unos cinco centímetros más baja, le había tomado de pareja de baile por creer que era hombre. Solo parpadeó y le siguió el baile como pudo a la chica, sabía bien que no era muy buena bailarina pero hacía lo que podía, en un momento le tomó la mano a la chica y la hizo girar, haciéndole ir un poco para atrás. Se abrió un círculo a lo lejos luego de varios minutos y parecía haber una competencia entre dos hombres, para ver quien zapateaba mejor, acompasados por un pequeño tambor que uno de los músicos tenía. Solo la vio por segundos puesto que tenía mucha sed, no parecía importarle a aquella gente cómo vestía o si le conocían o no, para ese lugar todos eran iguales. Uno le invitó un tarro de cerveza, ella se lo bajó de una vez y apoyó con fuerza el tarro contra la mesa produciéndose fuerte el sonido del cristal al chocar contra la madera.



-¡Hip!-Se cubrió la boca con el dorso de la mano, un poco mareada, los hombres que estaban en la mesa de allí rieron a carcajadas

-¡El pequeñito no sabe beber!- Dijo uno con burlona sonrisa, para las personas de aquel lugar parecía un muchacho pero de complexión algo débil y delicado, por la estatura y lo delgado que estaba, luego aquel hombre volvió a beber de su tarro de cerveza

-¡Juégale a las vencidas entonces, Paul, seguro le ganarás!- Dijo el que se sentaba en frente del primer hombre, dejándole al "muchacho" el lugar para jugar

-¡A ver a ver! ¡Apuestas! ¡Hagan sus apuestas!- Se paró un muchacho sobre la silla e hizo señas a los que estaban cerca

-¡El pequeño no le gana a Paul! ¡Solo con mirarlo se nota!- Dijo uno al fondo, los otros de cerca se pusieron de acuerdo, la chica se sentó frente a Paul y apoyó el codo de la zurda sobre la mesa, mirándolo con sonrisa amenazante

-Te puedo destrozar la mano solo con la zurda

El que llamaban Paul parpadeó, entonces tomó la pequeña mano de la chica y la apretó con fuerza, con una sonrisa

-Adelante, ¿qué apuestas?- Ella se quedó pensativa, ¿qué apostaba? Recordó su mp3, el que traía en el bolsillo, con la diestra lo sacó y lo puso sobre la mesa. Todos miraron el extraño aparato, el contrincante contestó-Qué es eso?

-Un mp3... Sirve para escuchar música. ¡Vamos! ¡Me voy a quedar con toda la ganancia!-La ganancia eran unas pocas monedas de oro, pero igualmente las quería, también apostaban tarros de cerveza y como tenía hambre pensó en llenarse con esa bebida

El juego empezó, el sujeto tenía fuerza y ella no le podía hacer caer el brazo contra la mesa por el mareo que le causó la cerveza, era mala bebedora y lo sabía. Usó su fuerza para mantenerse y con la otra mano se sostuvo de la mesa, finalmente con toda su fuerza tiró el brazo del contrario contra la mesa, impactando el dorso de esta con fuerza, escuchándose el chocar.

El sujeto algo adolorido miró al chico que le había ganado atónito, entre los que rodeaban la mesa se hizo silencio. Finalmente una risotada y una burla al vencedor rompió ese silencio "¡A Paul le ganó un chico que parece afeminado!" siguieron más risas, luego algunos palmearon la espalda del vencedor con bastante efusividad, tanto que se dio la cabeza contra la mesa. Volvieron a reír preguntándose cómo alguien así le había ganado a alguien como Paul, que era un hombre de complexión robusta.

El vencedor se quedó con la ganancia, siguiendo en aquel lugar tan festivo, bebiendo, riendo y bailando, sintiéndose con la mente despejada y sobre todo feliz.

Se podia ver que al salon comenzaron a entrar unos cuantos gatos, cinco para ser exactos, tomando direcciones distintas a lo largo del lugar:

La primera y el segundo corrian energicamente entre la pista de baile y las demás personas, mientras que la pequeña arañaba al otro que la perseguia, hasta que se detuvieron frente a unas señoras que estaban sentadas en unas sillas, maullando como pidiendo cariño. Las damas no pudieron resistir en acariciar a los mininos, e inmediatamente comenzaron a sentir sueño y cayeron dormidas sobre sus sillas. Justo en ese momento, sus "joyas" se desprendieron, y las bolsas de dinero fueron arrebatadas por una extraña mano que desapareció en un instante.

El tercer gato, el más gordo, se acercó hasta unas mesas buscando comida, que no encontró, solo habia cerveza y más cerveza. Se subió a una mesa donde habia un tipo bebiendo, y metió la cabeza dentro de su tarro de cerveza. El hombre parecia estar bastante ebrio, pues cuando vio al gato robar su licor, solo esbozó una sonrisa y dijo "Tu eres el unico que me entiende..HIP". Justo cuando lo acarició, cayó dormido pegando la cabeza sobre la mesa. No traía dinero, por lo que solo fué vaciado su tarro de cerveza.

El cuarto se acercó directamente hacia una linda señorita que se encontraba sola a un lado del salón. Solo acarició su cuerpo contra sus piernas, y alzaba la mirada con aquella tierna expresión gatuna. La chica al principio lo vio sorprendida "¿Cómo llegó este gato aquí?".. pero al final no se pudo resistir, se agachó y acarició la cabeza del animal, causando en ella el mismo efecto que las otras personas. Su dinero y accesorios fueron arrebatados momentos mas tarde.

Finalmente, el quinto gato se acercó hasta un muchacho con facciones delicadas, el mismo que extrañamente le habia ganado al campeón de las vencidas. Acarició su cuerpo contra sus piernas y maulló varias veces. Parecía aburrido pues se ponía a jugar con sus pies cuando este los movía, mientras esperaba pacientemente a ser acariciado.

Sintió algo contra sus piernas y dio un sobresalto, viendo hacia abajo a un gato, había conseguido un guante blanco como ganancia como forma de pago en la apuesta, además de las pocas monedas de oro y los tarros de cerveza gratis, así que para evitarse enfermedades o algo se lo colocó en la mano y con esta acarició al gatito con cuidado, deslizando lentamente las manos por el lomo de este:

-Me gustan más lo animales que las personas... Rarísimo- Dijo medio borracho, escapándosele un "hip!" de los labios, se puso de pie y llevado por una muchacha de la mano fue a la pista de baile, bailando con un poco más de soltura por el leve estado de ebriedad en el que estaba.

- ..Demonios, ese de seguro tiene dinero... Nadie es tan feliz sin dinero.

El pequeño felino se quedó en su lugar viendo al muchacho alejarse hacia la pista de baile. Un hombre que pasaba por ahí lo tomó del lomo y lo observó con repugnancia "¡Eh! ¿Qué hace este animal aquí?". Cuando fue hacia la salida para sacarlo a la calle, pareció tropezar contra un cuerpo invisible y cayó al suelo, debido al caos el hombre supuso que había sido alguien que pasó por ahí y no logró verlo, pues también había oído un "¡Ay!"...Ya le dará su merecido. En cuanto al gato, logró escapar adentrándose en la pista de baile buscando una siguiente victima.

Momentos más tarde, el muchacho que había logrado evitar la trampa del gato, comenzaría a sentir una leve sensación de unas manos revisando sus bolsillos con mucho cuidado, las cuales buscaban monedas de oro o algo de valor, aprovechando su estado de ebriedad.

Siempre había sabido como cuidar sus objetos de valor, todo por el ambiente en el que vivía, había aprendido a esconder los objetos de valor en lugar secretos en su ropa, como por ejemplo, meter las monedas dentro de las botas que estaban bien ajustadas, así que por eso nunca guardaba las cosas en los bolsillos, salvo papeles de caramelos u otros dulces que allí guardaba cuando no había cesto de basura y no quería arrojarlos al piso.

Sintió la sensación rara en los bolsillos y miró hacia abajo, pero no vio nada, luego siguió bailando con un poco más de soltura, un brusco giro que la chica con la que bailaba hizo le obligó a cambiar de lugar con ella y por ende dejó de sentir esa sensación tan incómoda de manos revisándole.

El baile siguió, ahora empezaron a cambiar de pareja, fue llevado de un lado a otro bailando con una chica diferente por todo el salón, siguió zapateando y soltó una risita un poco infantil al levantar la cabeza.

No sentía frío, puesto que bailar tanto ya le dio calor e inclusive le hacía sudar.

Sin darse cuenta terminó en un rincón un poco alejado y poco iluminado, llevado por una de las chicas que había sido su pareja de baile, esta empezó a toquetearle buscando algo:

-¿Qué... Qué haces?-Dijo apenas conciente, el alcohol se le había subido a la cabeza

-Quiero conocerte... Un poco más...-Su mirada era morbosa y su tono de voz pícaro, sus manos intentaron meterse por abajo de la ropa, su actuación todo lo decía y le había quedado claro: Sexo y robarle el dinero luego

-¡¿QUÉ QUÉEEE?!- Reaccionó enseguida y le apartó las manos bruscamente, lesbiana no era y tampoco se iba a dejar robar lo poco que había conseguido-Si es prostituta, búsquese a uno sobrio, que seguro la va a hacer gozar más

Ofendida la muchacha por haber oído tan cruda verdad le devolvió una cachetada y se marchó:

-Eso dolió... La putas pegan fuerte-Dijo, llevándose una mano a la mejilla

Comenzó a aparecer entre la multitud la figura danzante de una chica de cabello púrpura, vistiendo ropas algo escandalosa de un tono morado-rosáceo con franjas de un color más claro, botas de ese mismo color y algunos accesorios como cascabeles. Nadie notó que aparecía de la nada, todos ya estaban demasiado ebrios por el alcohol y por la adrenalina del baile. Se detuvo y fue hasta donde se encontraba aquél curioso chico, simulando cansancio y sofoque. Se dejó caer sobre la pared, recostando su espalda sobre esta al lado del "muchacho" y dejó salir un largo suspiro.


- Haa~ ... Descansando ¿eh? Por más que se quiera no podemos bailar por siempre...

Dibujó una sonrisa en sus labios.. aquella característica sonrisa que brillaba junto con sus orbes doradas, haciendo que el resto de su cuerpo pareciese etéreo.

-Pues no... Solo se puede beber mucho...- Contestó sin siquiera ver a la chica, todo le daba vueltas, más al ver a las parejas danzando con giros, zapateos, sus movimientos le parecían muy rápidos y eso ayudaba al mareo.

No más bebida... Se dijo mentalmente en un regaño, sacudiendo la cabeza ¿habría agua por algún lado?

Cerró los ojos y se tronó el cuello, cubriéndose luego el rostro con ambas manos, dándose golpecitos en las mejillas con las palmas de estas buscando reaccionar.

Luego se volteó a ver a su acompañante, de cierta manera el alcohol le soltó la lengua puesto que dijo por ver su ropa:


-¿Vos también sos estudiante?-La ropa de la chica le parecía muy moderna para la época y muy extraña

Hacía días que se encontraba así. La noche pasada había despertado junto a una pareja de jóvenes recién casados. Pero su casa era distinta a las que él recordaba, su acento, su forma de vestir, de hablar, su forma de reaccionar.

Cuando se fue de la escuela, en el bosque comenzó a correr, pero la fátiga pudo con él. Fue así que se durmió y despertó en la casa de los plebeyos.

Le habían comunicado que estaba en el año 1800. No le extrañó, con todo lo que estaba pasando últimamente esa podía ser incluso una buena notícia.

Les regaló uno de los pocos caramelos de menta que le quedaban en el bolsillo y se despidió de ellos. Por último, pudo entender que en el edificio que estaba a unos pocos quilómetros de su casa se celebraba una fiesta. Así que Assier, al verse perdido, decidió comenzar a buscar por ahí.

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Prometía. Las jugadas, el olor, las bebidas, el ambiente en si prometía, para los de su época, claro está. No estaba acostumbrado y aun la cabeza le daba vueltas.

Se sentó junto a un par de niños que jugaban a pillarse, y a lo lejos, el que parecía ser su abuela los intentaba calmar.

No le sonaba la cara de nadie. Necesitaba encontrar alguna pista, pero comenzaría por las pistas que él conociera.

-¿..Estudiante?

Parpadeó un par de veces confundida tratando de mantener la sonrisa.. ¿De qué estaba hablando? Bueno, no podía dejar pasar aquella oportunidad, sus inusuales ropas le daban una pista de que no era de aquellos lugares.. ¿Quizás algún forastero perdido? Probablemente tenía algo de valor.

-Ah~ .. Claro, claro que lo soy.

Un gato negro se acercó hasta ellos, este era pequeño pero peludo. La chica peli-púrpura se colocó en cuclillas para acariciar el lomo del felino. Los demás gatos habían desaparecido.

Vio un ligero cambio en la sonrisa de ella, apenas perceptible para una persona que no estaba acostumbrada a ver dobles intenciones, pese a estar ebria todavía sabía defenderse o ver esas dobles intenciones, luego vio al gato acercarse y susurró:

-Ningún estudiante trajo un gato... Y parece que ese te conoce bien... Creo que usted miente, señorita- Dicho esto se puso de pie y tambaleante se alejó de la chica de peculiar vestimenta, también hizo repaso mentalmente de los estudiantes de la Academia, los conocía a todos, algunos de vista otros con los que se había agarrado a golpes de nombre y a esa chica nunca lo había visto, sí, le estaba mintiendo.

Con giros de borrachines evitó a los bailarines de la pista, a algunos solo los rozó, hasta que a lo lejos creyó ver a alguien conocido, sentado cerca de unos niños, la música ya le aturdía y le hacía doler la cabeza, también la visión se le nublaba.

Ay el alcohol...

No paraba de ver como la gente bailaba, otros jugaban con tics en los ojos, y los más atrevidos buscaban una noche divertida con quien pasar.

A lo lejos, a trompicones y abriendose paso con la mano en la frente, vio a alguien que le sonaba. Quizá sólo era una ilusión, pero por probar no perdía nada.

Se levantó e intentó encontrar un hueco para pasar por el gentío.

La vio por detrás, le sonaba. Se acercó con aplomo, apoyó una mano en el hombro derecho de la chica y susurró:
- A ti te he visto, en la escuela...

Con eso tenía de sobras para saber si era estudiante como él o era una más de la gente que simpatizaba con la bebida.

- ¿Cómo puede concluir eso solo por un gato?

Vio que se alejaba, no podía dejarle escapar, la curiosidad de saber qué objeto de valor podía sacarle o al menos de quién se trataba la mataba, además que era muy orgullosa, nadie se había escapado de sus garras antes.

Se levantó tomando al gato entre los brazos y se dirigió hasta ella esquivando exitosamente a los bailarines gracias a su agilidad y sobriedad, hasta que se situó a su lado haciendo puchero.

- Oye~ ...Bueno está bien, te mentí~ Pero es que estoy taaan sola.

Sintió que le tomaron del hombro y volteó a ver quien lo había hecho, entontrándose con Assier. Enseguida lo reconoció pero solo por la cara, puesto a que no se había agarrado a golpes con él:

-A ti te conosco de cara de la Academia... Sí sí, nos conocemos de la Academia.- Reconoció al nuevo chico para luego notar a la chica de pelo morado que estaba a mi lado. Conociendo de segundas intenciones le palmeó la cabeza y susurró-Lo siento señorita... Si busca cosas de valor, no tengo nada. Soy pobre.

Aún ebrio, apoyó la mano contra el hombro de Assier para tratar de mantener el equilibrio que creía ya había perdido:



-¿Qué haces acá? ¿Y los demás cómo están?



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Rol Off: Los estudiantes de la Academia saben que mi personaje es mujer, mientras que los que son de 1800 no

- Lo mismo que tú, supongo -le miró a los ojos, y comprobó que su equilibrio no se parecía para nada a una persona normal-. Supongo que igual que tú no, yo no estoy borracho -le hizo una mueca divertida-. ¿Has venido aquí sola y ebria?- dijo extrañado.

Al lado de Aldana vio a una muchacha un tanto extraña. Su agilidad y sus formas le hacían dudar. En 1800 deberían pasar cosas sumamente diferentes a las de la actualidad.

- Ya te has echado una amiga por lo que veo -la miró de reojo y volvió a clavar sus ojos en los de Aldana.

Ahora hablaba más flojo, para que la muchacha no se percatase.

- Los otros... no lo sé, solamente me acuerdo de que Antonette me siguió, pero la perdí de vista al entrar en el bosque, es una historia muy larga, nada interesante- suspiró al ver el gentío-. Necesito que me ayudes a buscar a una persona, es por eso por lo que estoy aquí, y no creo que lo pueda hacer sólo... -se le acercó al oído- estoy buscando al director.

-Haa~ .. Pero si es en serio~

Seguía el juego esperando a que los efectos del alcohol vencieran a la chica. Sin dejar de sonreir volteó su mirada hacia el sujeto que había recién aparecido, el chico se veía igual de diferente que su "presa", por lo que intuyó que también tendría algo interesante (Aparte de que no entendía nada de lo que decían ¿Academia? Prefirió restarle atención a ello.)


-Oh~ Tienes un amiguito~

Se acercó rápidamente hasta él quedando a su lado y lo observó de pies a cabeza examinándolo, cargando al minino que traía en los brazos como a un bebé.

Un poco adormilada, se dejó caer contra Assier, apoyando la mejilla contra su hombro por la resaca.

Apretó los párpados por breves segundos y al abrirlos se encontró con la chica gato, pero lo que vio en realidad fue un gato de franjas moradas y rosas, con una enorme sonrisa, además de unos brillantes ojos.

Se rió a carcajadas y dijo cuando tomó aire:

-Ahaha... Cheshire Cat...- Susurró y finalmente, sin comprender mucho las palabras de Assier cayó inconciente por la poca resistencia al alcohol que tenía.

Reaccionó rápido y llegó a sujetarla por los brazos.

- Sabía yo que algo así acabaría sucediendo... -resopló exhausto por su búsqueda que terminaba en un aplazo.

Dirigió su mirada a la muchacha, a Cheshire Cat.

- ¿De que os conoceis? -preguntó sin tapujos, era alguien que iba al grano- ¿no habrás sido tú la culpable de que esté así, verdad?
Pues no recordaba mucho de su compañera, pero intuía que no era de mucho beber. Aunque claro, en la escuela no se iba a beber.

Se cargó a Aldana en la espalda. Miró a su alrededor y vio un pequeño rincón donde a penas había dos gatos. Allí podrían sentarse, aunque algo alejados de la multitud, no perdería de vista a los otros estudiantes si se pasaban por ahí.

Clavó sus ojos en Chesire y comenzó a caminar al rincón de los gatos.

-...... ¿Ha?

Volteó rápidamente hacia la chica que había pronunciado su nombre, o al menos así sonaba. Totalmente perpleja, casi desapareciendo la sonrisa de su rostro, ¿Cómo sabia su nombre? .. Quizás la conoció en algunos de sus viajes (No era muy buena recordando rostros) ... Aunque de ser así ya la hubiesen reconocido, y reaccionado de otra manera. Comenzó a pensar que probablemente se trataban de hechiceros o adivinos, lo que explicaría su vestimenta .. y también lo de la "Academia".

Al escuchar al muchacho se volteó hacia él, sonriendo nuevamente.

- ¿Que? Pero si lo acabo de conocer~

Luego de ver como se alejaban decidió seguirlos, soltando al minino que tenía entre brasos hacia los otros dos gatos con los cuales ya estaba familiarizada.

Siguió en aquel estado de inconciencia, sin darse cuenta de que el chico la cargaba. Con los brazos caídos a los lados y se apoyó contra la espalda de Assier.

Igualmente, sí podía seguir el dolor de jaqueca a pesar de estar dormida.

{Estoy dormida, no hay mucho que pueda hacer xDU}

Se sentó y dejó la cabeza de la chica apoyada en sus piernas. Le tocó las mejillas, las tenía caliente, sería mejor no despertarla, ya lo haría por ella sola.

- ¿La acabas de conocer? -le preguntó mientras se acomodaba, no encontraba la postura exacta.

Volvió a mirar a Cheshire. Notó que su actitud con los gatos era como la de una persona, como si los gatos fuesen más importantes que las personas. Que extraña.

- ¿Puedes decirme de que habéis hablado? -achicó los ojos escrupulosamente- siento decirte que no me fio de extraños.

Se había colocado de cuclillas al lado de los gatos comenzando a acariciarlos, mientras que de a poco unos gatos comenzaron a acercarse.. 3 gatos negros. (Dos gordos y uno flaco)

- Un poco de esto~ Y un poco de aquello~ .... Momento .. ¿"La"? ... ¿Esto no es un hombre?


Dijo sorprendida luego de escuchar al muchacho, señalando a Aldana con el indice, volteando a ver a esta con la misma expresión. ¿Cómo no lo había notado? ...¿Por qué una mujer se vestiria de tal manera aparentando ser un hombre? ....La curiosidad de sabér quién eran estos tipos llenaba cada vez más.

En sus sueño oyó las palabras de Assier hicieron eco en su cabeza una y ota vez

Estoy buscando al director

Estoy buscando al director

Estoy buscando al director

Recordó un día en la Academia donde fue a la dirección para escaparse de unos niños ricos, que iban a perseguirla. Demasiados para ella, cuando pasó por allí la puerta estaba medio abierta, vio allí a un hombre de cabello largo y negro, ligeramente rizado, también cuando se quitó este el saco y vio que traía puesto un resaque, además de un tatuaje en su pecho.

Temiendo ser vista o antes de ver más, volteó y huyó de allí. Le había quedado ligeramente grabada la cara del director, pero apenas.

Allí empezó a pensar, uniento todos los cabos sueltos.

Estar en 1800, el director, estaban allí porque el director había fundado la Academia. Nada se sabía de él, era un hombre completamente misterioso y verlo en su época y ahora en 1800 lo convertía en el mayor sospechoso...

Su ira creció y esta no entendía razones, tanta era su rabia y su deseo por darle a golpes a aquel hombre que abrió los ojos de golpe y despertó, el alcohol le dio una fuerte resaca más si estaba mezclado con la furia asesina, se apartó y se bajó como pudo de Assier y le forzó a moverse:

-¡Vamos! ¡Hay un bastardo al que debo buscar! Dame toda la información que tengas...- Luego vio a Cheshiré y susurró-Disculpa, pero no te puedes meter en esto. Es solo cosa nuestra.

- Pues claro que es una chica... -se paró a mirarla mejor, no se había percatado de que vestía como un chico, o lo intentaba parecer. <<Pero que tontería... ¿por qué intentaría disimularlo?>>

Se perdió unos breves segundos mirando a los gatos. La verdad es que le gustaban, en cierta forma se parecían. Negros, solos, perdidos.

Volvió a la realidad al sentir como Aldana se sobresaltaba, de tal manera, que se dio un golpe en la cabeza con la pared en la que estaba apoyado.

- ¡Au! -gritó de pronto-, ¿pero qué mosca te ha picado?

Se rascó en la zona de donde provenía el dolor.

- Cuando te refresques y no me des estos sustos entonces hablaremos -dijo aún con la mano en la cabeza-. Además, no soy el único que tiene que hablar, aquí pasan cosas que no me cuadran -añadió clavando sus pupilas en los desorbitados ojos de Aldana.

- ¿Lo és?

Que personajes taaan extraños ~ ...

- Ho~ Como quieran ... Estaré bien sola ...

Luego de escuchar a la chica, movió la muñeca en señal de que se alejaran si así lo querían, desviando la mirada con expresión de fastidio.

- Solo una cosa..-Volviendo su mirar a ambos.- Exactamente.. ¿Quienes son ustedes?

No pudo resistir la tentación de preguntar. Acercó el rostro hasta la muchacha que antes había pronunciado su nombre para observarle mejor, esperando una respuesta.

-Estudiantes de una Academia de Londres, solo eso.

Dicho esto agarró a Assier del brazo y lo sacudió para obligarlo a moverse, pese a ser mujer tenía mucha fuerza. Se movió prácticamente arrastrando a Assier, jalándolo violentamente, cuando salió del edificio lo miró fijo y preguntó irritada:



-Dame toda la información que tengas, ahora, estoy molesta y pienso romperle al director su "linda" cara a golpes.