Cuando saltó fue enseguida a asomarse en la ventana, pero ya no había ni rastro.
- No sé ni dónde me he metido, pero será mejor que busquemos a ese director de pacotilla, y primero de todo tenemos que buscar a cuatro condes -achicó los ojos- vaya mierda información.
Se dio la vuelta y vio a Antonette.
- Siento haberte metido en todo esto.
Se agachó y abrió el segundo cajón de su mesilla. Allí había un libro no muy grande, de letras plateadas y tomo rojizo.
- ¿Lo estabas buscando, verdad? -le sonrió afable-. Que dices, ¿vamos a buscarlo? -le guiñó un ojo y salió de la puerta.
[Salgo]