En busca de empleo

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Caída la media noche la taberna se encontraba abarrotada, casi en su totalidad, por una multitud de hombres que la larguísima jornada de trabajo que habían tenido que realizar, decidían reunirse para ofrecerle un merecido descanso a sus cuerpos y a sus mentes. El silencio parecía una invención onírica del lenguaje dentro de aquellas cuatro paredes en donde los gritos, silbidos y voces elevadas por la alegría o el jolgorio del momento. Como un teatro de sombras, éstas se proyectaban en uno y otro ángulo, producto de las débiles luces mortecinas que desprendían las lámparas de aceite y las velas que se disponían sabiamente dentro del local. A través de las ventanas podía apreciarse una Inglaterra desolada y sumida en un letargo que en algunas horas despertaría para hacer regresar a aquellos hombres de clase media a su monotonía.

Solo una figura desentonaba de entre todas las que allí bebían y disfrutaban. La mayoría contaba con patrones: casi todos con sus pieles tostadas y curtidas por el día a día bajo el sol y el constante esfuerzo físico que debían realizar en los cultivos, trasportando mercancías entre las tiendas, entre muchos otros menesteres que resultaban típicos entre los plebeyos. Sus cuerpos desprendían un olor característico y fácilmente identificable: el sudor y la falta de aseo, aún cuando habían unos pocos que eran la excepción a la regla dentro de este caso. Sus ropas, indistintamente de cuan diversas fueran, contaban con algo en común: todas raídas, decoloradas, y las que no se encontraban rotas sí contaban con multitud de parches.

Pero la silueta que parecía traída de otro mundo vestía de forma pulcra con un uniforme que rápidamente podía identificarle como algún humilde servidor dentro de una casa noble. Su cabello era grisáceo como la ceniza, y caía en cascada por sus hombros hasta su segunda vértebra aproximadamente. Traía un pantalón de color negro, así como unos zapatos que si bien no parecían ser reciente, si habían sido pulidos con el mayor esmero para que ocultasen su vejez. Tenía una camisa blanca que apenas podía observársele pues se encontraba debajo de una segunda prenda color carbón que hacía juego con el pantalón. Sus manos, de dedos delgados y presuntamente elegantes, permanecían ocultas debajo de inmaculados guantes. Toda tela, que conformaba su atavío tenía un rasgo general, único e idéntico: era nueva.

Se había tomado la delicadeza de gastar sus ahorros en comprar un nuevo uniforme que le habían sugerido. Gracias al gran flujo de personas, y de información, que circulaba en la taberna, había podido saber que una familia noble requería de un mayordomo e incluso había tenido la suficiente suerte como para haber logrado un encuentro, por así decirlo, con una de las que llevaban en alto el apellido de tal estirpe. Desconocía Inglaterra aún cuando llevaba tiempo en ella, pues sus fronteras habían sido las paredes que separaban su anterior hogar de la calle, y de esa manera decidió que el punto de encuentro fuese el único cuya ubicación conocía a ciencia cierta: ese mismo bar.

Tema: Re: En busca de empleo Vie Oct 30, 2009 1:49 am

``Unos metros afuera de la Taverna un peculiar sonido metalico alteraba los alrededores. Eran las botas metalicas de la joven Paladin que llegaba al recinto, avanzando hacia el lugar para reunirse con un posible miembro mas de su castillo. Su familia le habia hablado del sujeto en cuestion, un pulcro mayordomo de juvenil apariencia y seriedad. Se detenia frente a la puerta del recinto, abriendola lentamente. Llamando la atencion por unos instantes de la mayoria de residentes del lugar. Un momento mas tarde al reconocerla algunos la saludaban desde sus asientos. Otros permanecian en silencio. Ella devolvia el saludo cordialmente antes de avanzar por el recinto, Buscando con la mirada hacia la persona, reconociendola facilmente por como destaca entre el resto de personas. Acercandose hacia el sin prisa``

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El sonido que producía el metal del paladín al avanzar no pasó desapercibido para el fino oído del licántropo, quien en realidad no le prestó mayor atención a tal evento. Múltiples eran los sonidos que provenían de la calle, y objetos compuestos por metal eran innumerables. Las armaduras de algún guardia o la mercancía que se llevaba de un lugar para otro. El sonido de la puerta rechinando al ser entreabierta, y el fúnebre silencio que se apoderó del recinto en el instante después de aquello, eso sí que era un hecho que merecía su concentración. La pestilencia que despedía el cuerpo de cada uno de los trabajadores era una tortura para sus sentidos, pero le servía para identificarlos vagamente, sin embargo la apertura del umbral de la taberna no solo trajo consigo una fresca ráfaga de viento procedente de la calle, sino que aquel soplo de Eolo condujo hasta el futuro mayordomo un aroma que destacaba de entre los demás. Era un aroma más suave que no parecía contener rastro alguno de sudor o cualquier otro olor que fuese evidencia de la falta de higiene.

Se volteó lo suficiente como para quedar de perfil ante la Skykeeper, y en ese momento le dedicó una breve mirada. La sola presencia de esa chica era una carta de presentación. Pulcritud, elegancia, una presencia que irradiaba respeto a los demás plebeyos y la benevolente sonrisa de quienes le saludaban. No hacía falta preguntar si era ella, pues lo sabía a ciencia cierta. Se separó de la barra y sin intercambiar palabras con el encargado, ni con algún otro residente del local, caminó hacia la salida. Se detuvo por unos segundos cuando quedó delante de Amelia, inclinando la cabeza en señal de saludo, antes de salir nuevamente a la calle. Seguramente la dama preferiría un lugar más calmo para dialogar sobre el asunto que les involucraba a los dos.

De cerca, podía apreciarse un rasgo peculiar en el licántropo, y era la dualidad de colores en sus ojos, siendo el uno de un oscuro color carmín y el segundo de un apagado color zafiro.

- Richard Winter a sus servicios. Ha de ser usted la señorita Skykeeper.

Tema: Re: En busca de empleo Vie Oct 30, 2009 2:16 am

Mucho gusto. Mi nombre es Amelia. Ya debe saber a que vengo

``Esbozando una suave sonrisa, avanzo a su lado hacia la salida de aquella taberna. Elevando la diestra como despedida hacia los presentes. La mayoria de los cuales ella conocia. Se detuvo frente a aquel licantropo mientras le extendia la mano derecha como saludo cordial. Notando el detalle en el diferente color de sus ojos, le llamaba la atencion ese peculiar detalle que no solia ver seguido``

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En cuanto la dama de sangre azul le ofreció su mano, el licántropo se la sostuvo con la mano izquierda de manera delicada, inclinando su rostro para que sus labios pudiesen depositar un efímero beso sobre el dorso de su diestra. Tras el educado saludo que le brindó a aquella que le superaba con creces en cuanto a estatus social, se incorporó y la observó. Su rostro permanecía impasible y su mirada altiva aún en presencia de quien podría llegar a ofrecerle un nuevo empleo que podría considerarse digno.

- Así es. - Contestó lacónico a las palabras de la paladin entretanto soltaba su mano. Comprendió que tratándose de alguien de mayor importancia, y que podría decidir su futor, debía de ser más educado y un poco más fluído, por lo que aclarando su garganta concluyó. - Ha venido ya que he ofrecido mis servicios como mayordomo a quien esté interesado, y la fortuna o el azar me dieron la oportunidad de ofrecerma a una familia de renombre como la vuestra. ¿Qué debe hacer este humilde plebeyo para obtener tal honor?

La voz del licántropo era suave. No parecía tartamudear ni encontrarse ronco. Nisiquiera flaqueaba el tono de sus palabras debido a que tenía ante él a alguien que, por cualquier osadía, podría seguramente ordenar una ejecución, fuese pública o detrás del telón. Inclusive contaba con el valor para cruzar su mirada con la de su oyente, sosteniéndosela.

Tema: Re: En busca de empleo Vie Oct 30, 2009 2:41 am

No hay necesidad de tantos halagos. No soy merecedora de tanta atencion. Un miembro de mi familia me hablo de ti y creo que seria ideal contar con tu ayuda y servicio en nuestro hogar

``Con estas palabras posaba la mano diestra sobre su hombro. Mientras le miraba a los ojos manteniendo el contacto visual en todo momento. Antes de continuar hablandole``

Espero que sea de tu agrado mi oferta. Te aseguro que te agradara desde un principio. Si aceptas te podre llevar ahora mismo a nuestro hogar

``Mientras hablaban continuaba caminando avanzando hacia la salida del recinto. Abandonando este para avanzar por las calles de Londres en aquella noche ``

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