Reunión. [ Privado con los encapuchados. ]

Pasaron un par de horas después de que se encontró con otro de su secta.. ¿A él qué le importaba ese hecho, el hecho de que le vinieran a informar de cosas evidentes, que con su mágia prestada pudo haber visto vagamente en sueños? Aún había muchas correcciones qué hacer en el grupo, aunque .. Dudaba que le quedara el tiempo de vida para lograrlo.

Se quedó de pie sobre una roca, las estimadas rocas que siempre funcionaban como asiento, y en lo alto de estas, esperó a cada uno de sus súbditos .. O esclavos.

El primero en acercarse era, por supuesto, su perro más fiel. El encapuchado de túnica marrón observó a ambos lados y al cielo comprobando con las estrellas la hora aproximada antes de finalmente acercarse a los pies de la roca e inclinarse en una reverencia.

- He venido, Líder.

Su voz, seca y consisa fue lo único que se escuchó a parte del viento que meció las ramas. Si había alguien más cerca era lo suficientemente silencioso como para no llamar la atención.

El silencio no podía haber sido roto por él, por lo que se acercó con sigilosos pasos que antes podrían haber sonado pesados o demasiado toscos para su ser. Llegó a los pies del líder y por debajo de la prenda que le caracterizaba, miró de reojo a su compañero y le saludó con la cabeza, después miró al líder y se arrodilló frente a él, mostrando su silencioso respeto.

Sonrió con suavidad, contento de que podrá someter a un castigo a quienes llegarían tarde, pues habían pasado unos momentos desde que los dos integrantes llegaron, los que vió con cierta impaciencia, almenos ahora tendría pretextos para sus indirectas o maltratos.

Ya transcurrieron minutos valiosos para la reunión, sonriendo con maldad para mencionar con un susurro cizañoso.- .. Alquimista.. Como Ex-Líder debería tener mayor responzabilidad.. Al igual que el futuro líder.

El sonido de las ramas al ser pisadas por los cascos de un caballo llenó el vacio que producía el silencio. Estos bajaron su velocidad y enseguida un golpe seco y pasos más apresurados se interpusieron, el encapuchado de verde había saltado del caballo aún estando este en movimiento para correr hacia el entro despejado, donde estaban esas rocas.

Con su mano alzada sosteniendo su capucha y su manga ancha caída hasta su codo, se veía que no llevaba guantes, como siempre, tampoco se veía la manga de un traje caro de terciopelo o lana de conejo, si no que una simple manga verde más clara de lo que era claramente un camisón. La túnica se abría levemente cuando corría y se veían los bajos de sus pantalones y sus pies al correr, el pantalón también era parte del pijama y en sus pies tenía calzado sus zapatos pero sin medias.

Estaba agitado cuando se detuvo a unos tres metros de sus dos compañeros y a un poco más de distancia de su "padre". Tragó saliva nervioso y su mano cayó ya qu eno tenía que sostenerse la capucha para que esta no se deslizase por su cabeza. Miró por su orbe carmín a sus compañeros y luego a su padre. Musitó algo inentendible y se arrodilló frente a él al lado de Mentalista. Su mirada se había clavado en el piso esperando.

Dió un respingo negativo y rodó los ojos hacia otro lado, estirándose la capucha para que le cubriera más el rostro, pues le había salido una grieta entre los ojos. Examinó a los alrededores y al notar otra falta, alzó la voz de extraño tono ronco, inusual.- ¡¿Dónde está Alquimista!?

El grito del Líder le estremeció y sus manos se apoyaron en el piso para no caer, entreabrió sus labios para hablar, responder por instinto lo que sea que se le preguntara pero se dió cuenta que desconocía la respuesta. Respasó su charla con Alquimista esa madrugada y su voz salió débil, más de lo que esperaba - Dijo que... - carraspeó al toser un poco disimulando su intento de ganar tiempo para reacomodar sus pensamientos y afirmar su voz - Dijo que se encargaría de la llave de los Skykeeper... que tenía a alguien para darle el trabajo. - alzó su rostro para mirar a su padre pero no mostró señal de levantarse, aún de rodillas con sus manos en el piso, tecnicamente en cuatro patas con sus caderas algo bajas.

Bajo las sombras de la capucha sonrió victorioso y avanzó un paso, alzando los brazos horizontalmente con cierto drama.- ¿Ve, líder? Ahora Alquimista se siente con la libertad de hacer lo que le pegue la gana.

Una ronca carcajada fluyó de sus labios, que le apoyaran en esa manera le fascinaba, sobre todo algo en contra del detestable Alquimista, su abuelo. Negó con una mano algunas veces, desviando el rostro- Y ya que ese hombre se siente el líder.. Hay que ver cuándo se digna a dar la cara

Se reincorporó lentamente, como si estuviese mareado o aún no despierto del todo - Entonces ¿le esperaremos para iniciar? - musitó con timidez aunque ya un poco más seguro con un alivio culposo. Pues no se había, su padre, percatado de su tardanza por centrarse en la tardanza mayor de Alquimista. Al menos ya no estaba bajo el dedo acusador, o eso esperaba.