Lo desconocido.

Abrió sus ojos al ser levantado, pues no oponía resistencia para acercarse al piso si no que solo se había dejado caer, sus cabellos desordenados mostraron su mirada completa, su mirada bicolor, pues el ojo que ocultaba mostraba una coloración verde vivo, casi brillante, como si su iris estuviese compuesto de esmeralda. Su desesperación se notaba en su rostro al mirarla, dejó bajar sus manos hasta que cayeron sobre su regazo, la inmaculada túnica verde estaba ya manchada en la parte baja de barro y tierra del piso pero parecía no importarle. Solo la quedó mirando hasta que bajó la vista hasta el cuello ajeno, la llave.

No se movió, solo se relajó, el bosque también lo hizo, la tranquilidad se extendió por el lugar y el joven solo cerró sus ojos y dejó caer su rostro hacia delante. - Hm… - un quejido vibró en su garganta pero ya no era una voz joven y grave como lo venía siendo hasta el momento si no que era más aguda, con un timbre de voz más mayor. Su cabeza se ladeó y su mano derecha subió a su cabeza para sostenerla, la migraña persistía.

Levantó la mirada pero mantenía esta cerrada, solo le sonrió estirando sus manos, tanteando tocó las manos ajenas tomándola entre las suyas, sus guantes de seda estaban algo sucios de tierra por la caída anterior pero de igual manera se podía seguir distinguiendo el material al tacto - Gracias, pero me quedaré aquí un rato – definitivamente no era su voz, era más amable, suave y madura así como el tono con el que le hablaba era dulce y comprensivo. - ¿Hannah Skykeeper? Disculpa a Heredero, mi sobrino no se sabe expresar bien. Permíteme. - Soltando sus manos se acomodó en el piso sentándose de piernas cruzadas dejando a su alrededor la parte baja de la tunica.

La acomodó a ciegas tanteando su alrededor, parecía negarse a abrir sus ojos - Se me conoce como El Poeta, deberás disculpar pero carezco de cualquier otro nombre. Hannah, no sé como esa llave y ese libro llegaron a las manos de tu familia, pero eso nos pertenece, nosotros fuimos creados y criados para proteger esto. Por siglos los nuestros protegieron generación tras generación las llaves y los pilares pero con el tiempo los hemos perdido, tu familia tomó las tierras del segundo pilar… supongo que también lo habrán hecho con esa llave y el libro. - Suspiró para tomar aire y se cubrió la boca con su puño para toser.

En efecto el encapuchado no veía nada, los gestos de las manos ajenas frente a su rostro pasaban desapercibidos para este a no ser por el aire que estas podrían generar. Aclaró su garganta al carraspear y tomar aire para seguir hablando después de que lla silenció - Entonces alejate de aquí, ahora que hemos encontrado una de las llaves y uno de los libros Heredero hablará e iremos a por tí, y con ordenes de superiores no temblará el pulso. Vuelve a tu hogar y cuida tu espalda. -

Simplemente se quedó allí, esperando con su cabeza semi gacha y sus ojos cerrados. Pasando solo unos minutos el encapuchado despierta alterado revisando su alrededor. Colocando ambas manos sobre el tronco del árbol golpeó el mismo con su puño cerrado - Se fue... - y con esas dos palabras abandonó el lugar a paso apresurado. Debía dar la advertencia.

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