Con un invitado en casa.

Le siguió de cerca y volvió a apoyar sus manos en los hombros desnudos de su mujer - No querida. Adoro como cocinas, tienes un gusto exotico en la comida. Pero prefiero que cocines cuando estamos solos. Que cocines solo para mi... - murmuró sobre el oído de su esposa mientras sus brazos la abrazaban con cariño.

Entre los pechos tráía bien oculto un abanico, el cual sacó al ladearlos unos momentos y después le pegó en la cabeza con el objeto cerrado, abriéndolo después para cubrirse hasta la nariz, utilizando una mirada sumisa y ofendida.- .. No seas tonto, amor .. Mi cocina es buena sólo para agradar a los invitados..

Cerró sus ojos cuando el golpe se descargó en su cabeza y le soltó con un brazo para sobarse el golpe cerrando su ojo diestro - Ay... Sabes como soy de posesivo y no quiero que nadie desguste tus exquisitos platos más que yo. - Tomó el mentón de su esposa antes apartando el abanico y volvió a besar sus labios para mirarle por encima de sus gafas - ¿Me negarás ese capricho? ¿o te gusta que me ponga celoso? -

Por primera vez en el momento se ruborizo como una pequeña muchacha de 14 años, bajando su mirada para hacerle creer que había ganado, aunque sabotearía la comida tarde o temprano. Tomó los hombros de su esposo para mirarlo sonriendo.- Esta bien...

Sonrió satisfecho y acarició el vientre de su mujer - ¿Enserio estás embarazada?- Preguntó entre asustado y feliz. Si quería un heredero... pero temía por el niño con esa madre.

La mujer se encogió de hombros y acarició los cabellos castaños de su marido, mencionando con una vocecilla traviesa.- .. No lo estoy, pero quiero estarlo muy pronto. ¿Cumplirás mi deseo?

Alzó su diestra empuñada con solo su indice estirando rozando la punta de la nariz de su mujer - Sabes que quiero un heredero, mi vida. Cumpliré tu deseo si me das un primogenito varón. - un murmullo contra los labios ajenos se sumaban a su mirada entrecerrada y sonrisa ladina.

La mujer sonrió con satisfacción, inclinando el rostro para acercarlo a su cuello, respirando sobre este para poder morderlo con la piel de los labios, apenas estirando- Sabes que entre más pronto me hagas tuya, más rápido tendrás a tu heredero..

Entrecerró sus ojos alzando su rostro para dejarse morder por los suaves labios de su esposa - Tenemos invitado... Deberás esperar hasta la noche, vida... o al menos hasta después de cenar -

Ella sonrió a su marido y retrocedio un par de pasos, con la oferta le bastaba y sobrava, ahora solo tenia que dar la mejor cena para que su marido estuviera contenta con ella- Esta bien, encargaré la cena a una de las sirvientas.. Voy a darle dinero para que compre ingredientes.. -Besa la mejilla de su marido y con una sonrisa pilla, se marcha a buscar a una sirvienta-


Hellene sale de escena

Sonrió con gracia y falsedad cuando su esposa se alejó, tranquilo que dejaría todo en manos de la sirvienta y seguro después se dedicaría a tejer esos escalofriantes escarpines y ropita de bebe ahora que estaba entusiasmada con el tema. Cuando ella desapareció el conde suspiró llevando su mano a su cabeza - ... ¿En que diablos estaba pensando cuando pedí su mano....? - murmuró mientras rascaba su nuca sin entender sus propias acciones.

Tras quedarse unos segundos parado en medio de la sala sin idea fija de que hacer nuevamente su capricho le salió a flor de piel arrancandole una pervida sonrisa. Con esto se dirigió a las escaleras y a la habitación de huespedes donde estaría el rubio. Entreabrió con sigilo la puerta solo para escuchar su interior y poder adivinar si seguía bañandose o si ya había terminado.

El sonido era nuro en la habitación .. Al menos por esos segundos, pues en los momentos siguientes se escuchó el escurrir constante del agua, como si alguien se hubiese levantado de la tina, después parecía estar secando su cuerpo con una toalla.

Ahora se presenciaron los chasquidos de los pies descalzos del varón, los cuales húmedos y desnudos le sacaban del baño, saliendo por la puerta sin percatarse de la presencia del Conde en la puerta. Su trenza estaba deshecha y el largo cabello rubio llegaba hasta los inicios del muslo con facilidad, goteaba agua y se desprendía un suave aroma a lavanda, estaba husmeando en los cajones buscando algo de ropa que pudiese tomar prestada.

Se sintió tentado en entrar pero se endereso volviendo a cerrar la puerta con sumo cuidado y golpear tres veces presentando en su rostro aquella calida sonrisa que acostumbraba. - ¿Anthony? ¿Puedo pasar? -

La primera reacción del varón fue sostenerse la toalla que estaba anudada en la cintura por mera precaución, sin esperarse la llegada del conde, cuya entrada aceptó con un débil "Adelante", girándose hacia la puerta. - ¿En qué puedo ayudarlo?

Abrió la puerta para pasar y cerrarla tras de si, su mirada pasó por el juvenir cuerpo del menor y en su larga cabellera rubia, sintió que algo dentro de su pecho quemaba de ansias. Su mano pasó tranca llevandose la llave al dejarla caer dentro del bolsillo de su chaqueta - Solo quería asegurarme que su estancia aquí fuese de su agrado. - se acercó a él con aquella placida sonrisa a flor de labios.

Un escalofrío azotó su cuerpo cuando escuchó el click de la cerradura, en todas las experiencias de su vida sabía que eso no podía significar algo bueno, mucho menos con alguien que apenas conocía, aunque .. ¿Qué ese tipo no era su antepasado? Respiró profundo y se armó de valor, creyendo que sólo sería una conversación muy privada. - Lo es, en este momento estaba a punto de cambiarme.

Siguió acercandose sin mostrar intenciones de detenerse hasta que el rubio estuvo al alcance de su mano, estiando esta le tomó por el mentón para acercarle, un agarre firme y con su indice enrrollado y su pulgar, su mirada se entrecerró dandole un deje de perversión así como su sonrisa dejando de lado cualquier mascara que anteriormente hubiese usado con el rubio. Su voz murmuró contra los labios ajenos - No necesitas cambiarte, así estás más que perfecto. - dejando formalismos de lado le habló con naturalidad.

Su otra mano lo tomó por la cintura para evitar que se alejara y sus dedos rozaron la suave y humeda piel antes de apretarse contra esta afirmando su agarre.

Reaccionó a la defensiva cuando le tomó del mentón, enviando las manos hacia el frente para apoyar las palmas en su pecho y empujarle con fuerza, vano intento de alejarlo debido al brazo en torno a su cintura, ahora estaba verdaderamente nervioso y tenso, su mente no sabía ni qué conclusión aceptar. Sus delgados dedos de pianista se aferraron a la camisa del hombre, intentando arañarlo o causar almenos algo de dolor.- ¡Basta! ¡Suélteme!

En parte los intentos del rubio habían funcionado pues le soltó pero solo para aprisionar sus muñecas con ambas manos, unas más fuertes y toscas que las del delicado rubio, las empujó hacia atrás para tomarlas ambas con una sola mano y jalando de sus muñecas obligaría al rubio a voltearse - Anthony~ - murmuró mientras le empujaba hacia la cama con intención de hacerlo caer de bruces en el colchón sin soltar sus muñecas volviendolas a tomar con ambas manos. - Mi querido Anthony, te será más fácil si solo aceptas el hecho que ahora me perteneces. Así que se buen niño y evitame tener que enseñarte tu posición a las malas. -

Cayó boca abajo sobre la cama, no obstante esta era lo suficiente suave y cómoda para amortiguar una caída sin dolores extra, aunque no se pudo detener siquiera a considerarlo. Sus brazos, débiles a comparación de los suyos se agitaban con fuerza en afán de alejarse, incluso buscó levantarse en contra de él.- ¿Pertenecerle... ? ¿¡Para qué demonios podría pertenecerle!?

Su rodilla se clavó en el medio de la espalda del rubio de manera un tanto dolorosa sosteniendo ambas muñecas contra la cintura del menor con una sola mano - Baja la voz o deberé tapar esa boca tuya. - su mano libre comenzó a desatar el fino nudo en su pañuelo al cuello - ¿Y para que más? Me pertences para ser mi esclavo -

Estás loco .. Es imposible. -Hizo una mueca de dolor con la postura a la que le habían sometido, mucho más por la rodilla en el centro de su columna, pero eso no cesó sus palabras ni su mirada enfurecida.- Yo soy el heredero de los Silvercraft, tu familia, no puedo ni debo ser tu esclavo.

- Descuída, tu hermano podrá ocupar tu lugar como heredero, la herencia le corresponde al primogenito, Anthony. - Mientras hablaba amarraba las manos de su desendencia con el pañuelo a su espalda soltandolo luego de afirmar un fuerte nudo. - Ahora dime ¿seras mi buen y obediente pianista o deberé enseñarte como? - ante estas palabras tomó el cabello del rubio y jaló para obligarle a levantar la cabeza y arquear su espalda sin retirar su rodilla de la misma.

No pudo contener un quejido de dolor ante la violencia, haciéndole cerrar los ojos y apretarlos con intensidad, sus manos se empuñaron y formaron una dolorosa fuerza en torno a la palma, no aguantaba esa postura, pero tampoco deseaba someterse.- Quiero volver a la actualidad.. Yo no quiero quedarme aquí.

Una corta risa provino de los labios del mayor mientras su mano tanteaba en su cintura hasta desenfundar su fusta - Olvidate de esas cosas, ya no importa lo que tu quieras. Si eres bueno puede que te conceda algún que otro capricho. Así que dime. ¿Quién soy? - Soló su cabello y bajó la presión de la espalda ajena observandolo en aquella posición de espaldas y sometido.